Cena con Claudine y Graham

Claudine y Graham nos han invitado a cenar hoy en su nueva y flamante casa. Se acaban de mudar a una villa cerca de la playa. Están encantados y no es para menos. Incluso tienen su pequeña piscina para ellos dos, genial.

También han adoptado dos gatitos, para aumentar la familia. Aunque, por ahora, solo ha llegado uno. El otro lo recogen mañana.

Cuando de verdad van a disfrutar de la casa es cuando pase el verano y estas temperaturas tan extremas. En la piscina se estará de lujo pero, sobre todo, en la terraza que tienen arriba del todo; con vistas al Burj Al Arab, el famoso hotel de 7 estrellas.

La cena ha estado muy bien, la verdad. Nos ha preparado unas pechugas de pollo al horno con patatitas y guisantes. Me ha recordado a mi época inglesa, jeje. Nos hemos echado unas risas con historietas de la oficina y de Dubai en general.

Ahora nos toca a nosotros invitarlos a casa. Pero me da que vamos a tener que esperar a que pase Ramadan, que empieza el próximo 11 de agosto, según previsiones. Más que nada porque durante ese mes, cambian todos los horarios y siempre hay mil planes.

Primer viaje en Metro

Hoy hemos ido por la mañana a hacer un recado y, de vueta, me ha dejado Osama en la oficina, así que no tenía coche para volver a casa por la tarde.

En vista de lo cual, he decidido que era la oportunidad perfecta para viajar en el metro por primera vez. Que nadie se imagine que estoy hablando de una red como la del metro de Madrid. Aquí, de momento, sólo tenemos una línea. Por la forma en la que está contraída la ciudad de Dubai, es bastante complicado diseñar la red de metro. El caso es que es simplemente una línea recta con estaciones esparcidas al o largo de Sheikh Zayed Road, que es la avenida principal de la ciudad.

Primera decepción, nada más entrar a comprar el billete. Las máquinas no funcionan, la ventanilla está cerrada y, en información hay una cola de unas 15 personas. Total, mientras esperaba, han pasado al menos 3 trenes. Eso sí, la estación y los trenes dan gusto: limpios como los chorros del oro, totalmente nuevos y con el aire acondicionado en modo nevera. Los trenes son automáticos, sin conductor.

Como no podía ser de otra manera, en los trenes hay tres clases de vagones: uno para turistas, otro para mujeres y niños, y clase oro. Al igual que en Londres y, en menor escala, en el de Madrid, la ciudad está dividida en 5 zonas, como si fuera la mega capital, vamos. De una zona a otra puede haber una distancia de 3 kilómetros.

Al llegar a mi estación, segunda y última decepción; he tenido que hacer el camino de Santiago para salir de ella. Menos mal que nunca viene mal darse un paseíto, para romper con la falta de ejercicio en esta ciudad. Pero la experiencia me ha servido para descartar el transporte público para ir a la oficina. Tardaría más tiempo en llegar que cuando voy en coche. Además de que la logística es más complicada porque, primero, tengo que ir en coche hasta la estación de metro; con los más de 40 grados que tenemos desde por la mañana, no es fácil andar 20 minutos hasta la estación. Así que seguiremos consumiendo gasolina.

Y, para empezar el fin de semana con buen pie, nada como irnos de cena con Emilie, Ángel y Sheikha a nuestro querido restaurante griego. Esta vez, éstos dos últimos eran los novatos y, como era de esperar, les ha encantado el sitio, la comida y el precio.

Hasta mañana (espero)

Ataque contra la libertad

Cataluña ha terminado prohibiendo las corridas de toros en su Comunidad Autónoma. Me indigna y mucho, no sólo como aficionada, que lo soy le pese a quien le pese, sino como española. Atacar de esta forma al mundo taurino sólo para utilizarlo como herramienta política, me parece simplemente despreciable. Y éstos políticos, ¿son los que tanto critican los tiempos de la dictadura y retiran las estatuas de Franco por todo el país?. Entonces, ¿qué están haciendo ellos? Para mí estos es un ataque monumental contra la libertad. Es otra dictadura pero disfrazada de movimiento social contra la crueldad de las corridas de toros. ¿Y no es más cruel asesinar a un feto en el vientre de su madre?

Que España se esté convirtiendo en un país en el que es más fácil matar a un feto de 18 semanas que a un toro bravo, esto no tiene nombre. Se está empezando a dar prioridad a los animales sobre los seres humanos, aunque no los categoricen como tal. ¿Dónde pretenden llevar el país? Si alguien consigue que yo entienda hacia dónde va España, os juro que le doy un premio. Pero, realmente, está muy complicada la cosa.

Sé que no tiene nada que ver con el tema de esta blog, pero es que no es normal lo frustradísima que me siento con mi propio país.

Último día de Dalia

Dalia es una becaria que ha estado en Ogilvy casi dos meses, haciendo sus prácticas de verano. Estudia en Canadá pero nació y se crió en Dubai, sus padres viven aquí.

Pues hoy es su último día y, la verdad, que la vamos a echar de menos. Es muy lista, rapidísima, responsable y pide trabajo constantemente. Creo que Nabil, el jefe, ya ha hablado con ella para volver el año que viene.

A modo de despedida, nos ha hecho una presentación sobre "Social Media", que es en lo que ha estado trabajando e investigando. Nos ha contado muchas cosas muy interesantes.

Luego nos hemos bajado a comer las tres chicas; Anna, Dalia y yo, a comer a Shakespeare, la cafetería que tenemos justo debajo de la oficina.

Ahora se ha ganado unas merecidas vacaciones y, después de tres semanas, pasará a decirnos adiós antes de volver a Toronto a estudiar su último año de carrera.

Reencuentro con Diego

Hoy me he llevado una gran alegría nada más llegar a la oficina. Ayer por la tarde, cuando me fui, estaba muy frustrada porque Google ha cambiado todo el sistema de traficking y, claro, no encontraba cómo hacer lo que tan rápido hacía antes. Y eso que sólo he estado fuera de mercado dos meses.
El caso es que pedimos ayuda a la oficina de Londres pero no me convencía a mí cómo hacen el proceso así que Anna envió un correo a Madrid.

Mi gran sorpresa esta mañana ha sido que Diego, antiguo compañero en Media Contacts Madrid, está ahora en Ogilvy, con lo que volvemos a ser compañeros de nuevo. Además, fue él quién me enseñó casi todo lo que se de traficar campañas.
Rápidamente nos hemos puesto al día de estos tres últimos años y, como yo esperaba, ha aclarado todas mis dudas en un pis pas.

El resto del día ha ido rodado, con lo cual me he sentido muy útil y productiva. No se puede empezar mejor el fin de semana.

Por la noche hemos tenido cena de despedida para Jafar, que se va a Estados Unidos a estudiar un máster. Esta es una de las cosas malas de Dubai, tener que despedirse de gente cada cierto tiempo. Porque, como no es una ciudad en la que uno se pueda instalar de por vida, pues no se para de recibir o despedir a amigos.
Hemos ido a Zuma, un japonés muy de moda en la ciudad. No creo que sea el mejor sitio para ir en fin de semana, demasiada gente y el servicio malísimo. La mesa nos la han dado media hora tarde. Eso sí, si nosotros hubiéramos llegado con ese retraso, además de perder la reserva, nos hacen pagar una compensación por persona. No lo veo nada justo y así se lo dije al camarero y a la encargada, aunque les importe un comino. Está tan lleno que les da igual todo.

Pero bueno, lo importante es que nos lo hemos pasado bien y es verdad que la comida estaba muy buena, aunque no tenía yo demasiada hambre. Lógicamente, lo peor ha sido despedirse de Jafar, aunque seguiremos en contacto vía Internet pero no es lo mismo. Jafar gana mucho en directo.
Esperemos que tenga la mejor de las suertes en el máster.

CAMPEONES POR DERECHO

Lo sé, estoy hecha una vaga porque hace mucho que no escribo pero, de verdad, no hay muchas cosas que contar últimamente. Pero hoy tengo que volver para gritar a los cuatro vientos ¡VIVA ESPAÑA! y ¡VIVA LA SELECCIÓN ESPAÑOLA! Son campeones del mundo y con todo el derecho. A pesar del mal arbitraje (pésimo diría yo) y del juego tan sucio de los holandeses, ha triunfado el juego limpio y, sobre todo, en equipo.

¿Y que sea el fútbol lo único que unifique a este país? Al estar tan lejos, lo tengo que vivir por Internet y me ha encantado ver todas las ciudades de España plagadas de banderas, incluyendo las más polémicas y nunca vistas. Ojalá y nos dure.

Bienvenidos a casa, campeones.

Del resto de mi vida, pues ya he cumplido mi primera semana en Ogilvy. Los primeros días no son fáciles nunca, sobre todo si todo el equipo es inglés y no estoy acostumbrada al acento, jeje. Pero tengo la suerte de que mi jefa es un encanto y el ambiente es muy bueno, así que será fácil adaptarse.

Y esta semana es, para mí, un poco más corta porque tuve el domingo libre. El viernes se celebró la Ascensión del Profeta Mohamed y, en nuestra oficina, que son muy majos, lo pasaron al domingo; divinamente.

A ver si me pongo las pilas y sigo escribiendo más a menudo.

Ale y Carlos vienen a cenar

Bueno, empezamos el mes de julio, que fuerte. Y, aunque mi propósito original era tener trabajo para hoy, no me puedo quejar; empiezo el domingo.

Para aprovechar mi último día libre, me he levantado temprano para ir a encargar unas fundas de unos cojines e intentar encontrar a alguien que me haga un cabecero para nuestra cama.

Antes de salir, he salido a la terraza a regar las plantas. Era tal el calor que hacía, que me ha dado mucha pereza salir de casa. Sobre todo porque a los dos sitios que tengo que ir son de los más calurosos, en plena calle y sin aire acondicionado. ¡Qué comodones nos volvemos! ¿verdad?

Total, que me he quedado en casa, relajada y tranquila. He visto una película, chateado con mi hermano y mi amiga Tere, y escrito unos correos.

Ya por la tarde, he empezado a preparar cosillas para cenar, que vienen Ale y Carlos. Se ha unido Osama a ultimar las tapas y a las 9:15 llegaban los invitados.

Nos hemos puesto bien al día de estos dos últimos meses y nos han regalado dos velones preciosos, que ya están puestos en la mesa del comedor. A ver si terminamos de organizar la habitación de invitados y tenemos una casa como Dios manda.

A ver qué tal se da el fin de semana.