domingo, 30 de septiembre de 2012

Un domingo más


Ya es domingo otra vez. A ver qué nos ha dejado el día de hoy.

Pues en la oficina seguimos con lo mismo de siempre. Intentando lanzar la nueva campaña de Philips, revisando una propuesta para Total, otra para un servicio de catering y preparando mi traspaso para que quede todo bien clarito.

He ido a comer con Krin al libanés de debajo de la oficina pero hoy no nos ha gustado nada la comida. El camarero, que está loco por mi compañera, nos ha traído un trozo de tarta a cada una para compensar. Al menos, nos cuida, jeje.

No sé qué pasa últimamente pero todos los soportes quieren quedar con nosotros, debe ser la presión del último trimestre. Yo, normalmente, no tengo ningún problema pero ahora estoy a mil por hora con todas las cosas y, además, no tengo nada que contarles.

Me he ido directa a casa y da gusto entrar por la puerta porque Miriam viene corriendo a darme un abrazo. Nos bajamos al patio, donde ha estado corriendo y jugando como una loca. Ha estado un buen rato con Alleah, hija de Allegra, que tiene 6 años. Era para verlas a las dos de la manita, monísimas.
Con churretes hasta en la cara, nos subimos a casa a charlar con los abuelos. Bueno, sólo con el abuelo esta vez.

Y, con el baño de Miriam, empieza la carrera por terminar el día. Yo no sé quién tiene más prisa por irse a la cama, si la enana o yo.

Por fin consigo hablar con mi prima Lola. Eso sí, no ha podido ser por Skype porque no hemos conseguido que funcione. Menos mal que el teléfono aquí es barato. Antes de dormir he intentado hablar con mi prima Marta pero sigo sin poder pillarla. Sí que lo he conseguido con Tere, con quien me  he hartado de reír, como de costumbre.

Después de las charlitas, toca dormir que ya voy tarde, jeje. 

sábado, 29 de septiembre de 2012

De cumpleaños


Sí, hoy es mi cumpleaños. No hay nada como que sea fin de semana para celebrarlo los tres juntos. Así hemos empezado el día, abriendo el regalo en la camita. Osama me ha regalado una cubertería que vi en una tienda hace casi dos años y me encantó. Pero, como rata que soy, no la compré porque no nos hacía falta. El jueves, cuando le vi en el aparcamiento, venía de comprarla, de ahí el misterio.

Como todos los sábados, hemos ido con Miriam a la clase de natación. Hoy no le ha gustado demasiado pero hemos conseguido terminarla. Ella lo que quiere es jugar y dejarse de patalear o, peor, meter la cabeza en el agua.
De vuelta a casa, hemos parado a comprar un par de cosas para así hacer tiempo antes de la hora de comer.

Mientras preparaba la comida he estado charlando con mi hermano y mi primo Javier, que está de huésped visitando a su nuevo sobrino recién nacido.
Hoy, por alguna razón, ha protestado al irse a dormir la siesta y eso que estaba reventada. Ha terminado cayendo, claro.

Nosotros hemos comido tempranito también que Osama anoche llegó a las 2:30 y así descansa un poco antes de volver a estudiar. Yo he preparado unas carmelas para por la tarde, que vienen mis suegros a merendar y he conseguido descansar 15 minutos antes de que se despertara la princesa.

Después de merendar y charlar con Ban por skype, me han dado un bolso precioso y una pashmina blanca. Uns me ha regalado unas cajitas de cristal monísimas.

Y el resto de la tarde nos hemos bajado al patio con Miriam para que desfogue bien. Se ha pegado un pequeño susto bajando uno de los escalones. Se pega demasiado al filo y ya veía yo que un día se caería. Pero bueno, ha sido un sustito y le servirá para aprender, ¿no?

Mientras cenaba, charlábamos con mis padres que tenían en casa a comer a tía Blanca y Ana. Se ha puesto morada de “pesh” como ella dice (pescado) y ha caído rota en la cuna.

Nosotros hoy también hemos cenado prontito para empezar la semana con buen pie. Que yo ya no sé lo que es dormir del tirón. Y necesito una grúa para poder levantarme por las mañanas. 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Brunch sorpresa

A las 7 estaba en planta la señorita. Pero era porque se había hecho sus necesidades y, después de cambiarle el pañal, ha vuelto a dormir hasta las 8:15.

El plan de hoy era ir con Graciela a la playita un rato por la mañana. Hemos tenido que cambiar por la piscina porque Edu, su marido, está malo. Y no nos vemos las dos con las barrigas y cargando con las niñas, las toallas, la sombrilla, los cubos, etc. Así que mejor me acerco a su casa y nos quedamos más tranquilas en la piscina. Se estaba la mar de bien porque, esta semana, ha bajado la temperatura bastante; ya estamos entrando en la buena época, qué alegría.

De camino a casa, hemos recogido a Lakshmi, que había ido a casa de Emilie. Hoy, como no tiene plan, se queda hasta por la tarde con nosotros. Así que Osama aprovecha y me lleva de brunch sorpresa por mi cumpleaños, que es mañana.

Hemos ido a un restaurante que se llama Hukama, en un hotel cerca de casa. Es cocina asiática y, la verdad, estaba todo riquísimo. Nos hemos puesto morados porque era imposible contenerse. ¡Qué bueno!

Llegamos a casa sobre las 15:30, ilusos de nosotros, pensando que Miriam seguía durmiendo pero nada, se había despertado a las 14:30 con el vecino de arriba taladrando las paredes.

Por la tarde ha venido un amigo de Lakshmi, que estaba desando conocer a Miriam. Le ha traído un órgano de regalo y no podía estar más emocionada la tía. No ha parado de darle besos y abrazos. Gaouri, la prima de Lakshmi, estaba súper celosa porque a ella no le había dado ninguno, jeje. Por supuesto, hemos tenido que merendar con el órgano, no había forma de quitárselo.

De milagro, he conseguido convencerla para irnos a dar un paseo y que Osama se quede estudiando. Como el tiempo está ya mucho mejor, la he llevado por el boulevard y nos quedamos a ver el espectáculo de la fuente. Le sigue flipando pero, con los chorros más potentes, se asusta un poco. Y es graciosa porque, cuando termina, aplaude y dice: “Bien, agua”, jejeje

Dando el paseo, me ha avisado mi hermano de que ya ha nacido el nuevo sobrino en la familia: Manuel. He visto un par de fotos y desde luego mi prima no puede estar más estupenda. Tendremos que esperar a Navidad para conocerlo.

Llegamos a casa a lo justo para que Osama la bañe antes de irse. Hoy es la boda de Washaq, la hermana de Maan que, a su vez, es el mejor amigo de Osama. Supuestamente íbamos a ir los dos pero, la verdad, no estoy yo para bodas. Entre el cansancio y el tamaño, no voy a estar muy cómoda. Además, para pegarme la noche sentada en una silla, mejor me quedo en casa.

Después de darle de cenar y acostarla, me he tomado los cereales de turno mientras terminaba una película en la tele. Y a las 21:30 me largo a la camita. 

jueves, 27 de septiembre de 2012

Tarde culinaria con Ale

Menos mal que esta semana se me ha pasado volando, tanto que no he podido ni escribir a diario. Es que en la oficina estoy ya dejando todo lo más cerrado que puedo para que no haya problemas. Y, por las tardes, ha sido un no parar también. Un día fui a hacer compra, que las cosas vuelan de la nevera. Otro nos bajamos al patio, el martes fuimos al Dubai Mall a intentar comprar bermudas para Miriam. Digo intentar porque me da la impresión de que vivimos en Rusia; están todas las tiendas con ropa de invierno. Yo sigo sin entender cómo la gente lleva a los niños con pana y lana cuando el mes más frio, enero-febrero, estamos a 20 grados. Así que sólo he podido encontrar unos y de milagro, que estaban en el fondo de un perchero. Eso sí, me han costado tirados porque eran sobras de las rebajas. Algo bueno tenía que tener.

El domingo, sorpresa total, vino Joe (mi antiguo colega) a hacer una entrevista en mi empresa. Al parecer, está optando al puesto de Julia, como director del departamento digital. Los que me leéis desde hace tiempo sabréis lo que pase con él y lo poco dispuesta que estoy a pasar por lo mismo. Así que a ver qué pasa.  

Otro adelanto esta semana es que ya tenemos los billetes para Navidad. Si Dios quiere, nos vamos del 21 de diciembre al 12 de febrero, hay que aprovechar un poco la baja. Aunque Osama se vuelve antes y luego tiene que venir a recogernos. Lo bueno es que, esta vez, todos volamos gratis. El de Osama y Miriam lo hemos comprado con millas y el mío le toca pagarlo a la empresa. 

El jueves ha estado más tranquilito, ya era hora. He ido a comer con Marlain y su amigo Naseem. Ambos tienen una boda en Beirut este fin de semana así que se van de puente, muy buen plan.

Al final del día nos hemos enterado de que hoy es el cumpleaños de Jafeef. Se lo tenía bien calladito. Ya le encargaremos tarta el domingo que hoy no daba tiempo.

He salido directa a casa de Anthie, la que lleva Thermomix aquí en la región. Y es que le tenía que dar el resguardo para la garantía de la que le regalamos a Ale y Carlos. De allí me voy directa a casa del estrenado matrimonio, que había quedado con Ale en darle la “clase” aunque ya controla cantidad. Nos lo hemos pasado muy bien haciendo varias cositas. Se ha unido Natalia, una amiga suya, que se la quiere comprar.

Después de la sesión culinaria, me he ido a casa. Aparcando llegaba Osama pero no me quería decir de dónde, que misterioso es a veces, jeje.

Ya venía cenado pero yo me he tomado mi cuenquito de cereales y a dormir. Antes, Lakshmi me ha dado el parte de la cena, que vaya tela lo que se ha metido Miriam en ese mini-cuerpo. A ver si mañana amanece más tarde. 

sábado, 22 de septiembre de 2012

A la playa


Esta mañana ha sido peor todavía: a las 7:15 estaba en planta. Y lo de entrar a decirle que se duerma otro ratito ya no cuela, que antes nos daba 30 minutos más.

En cuanto me ve sacar el bañador se pone como loca porque ya sabe que va al agua. Además, para la clase de natación le pongo uno de cuerpo entero mientras que a la playa va con la típica braguita. Así que sabe perfectamente lo que toca. Hoy ha venido con nosotras Lakshmi para que Osama se quede estudiando. Estaba como loca por verla en acción. Y hoy ha sido mas entretenido porque ha tocado empezar a mover las piernas. Lo que no le gusta nada es que venga la profesora, Louise, a meterle la cabeza en el agua. Pero hoy h a conseguido hacer algunas burbujitas con la boca, ya es un avance.

De vuelta a casa, me la he bajado al pasillo para hacer tiempo. Allí se han unido Miguel y sus padres hasta la hora de comer.

Después de comer ha caído otra siestecita para recuperar fuerzas.

Por la tarde íbamos a quedar con mi amiga Graciela y su hija, Cristina, pero  la pobre peque ha estado vomitando toda la noche así que mejor no llevarla a la playa. Nos hemos ido con Miguel y sus padres a una cerca de casa, que es donde se concentran todos los kite surfers. Nada más llegar y ver las cometas, Miriam no paraba de gritar “bobo, bobo”, que es globo en su idioma.

La verdad es que se estaba genial porque se forma como un laguito cerca de la roca y, para los niños, es genial; están ahí sentaditos o chapoteando. La pena es que las tardes se están haciendo cada día más cortas. A las 18:15 ya nos hemos vuelto a casa.

Nos ha dado tiempo a charlar con la familia reunida en Altafulla, qué ilusión verles. Ya me imagino que lo estarán pasando pipa y comiendo aún mejor.

Y ya empezamos con la recogida o, como dice mi hermano, el tren de lavado. La playa la deja rota, como que no para. Así que, en cuanto ha oído la palabra baño, se ha puesto más contenta que de costumbre.

Nosotros vamos detrás casi. El tiempo de preparar algo de cenar y a coger fuerzas para mañana. 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Empezamos el finde madrugando


A pesar de haberse acostado un pelín mas tarde, la tía nos ha puesto en planta a las 7:30 de la mañana.

Nos hemos ido a desayunar al Dubai Mall. Hace un mes abrieron un restaurante de la cadena americana “Cheesecake Factory” y, como pasa con todas las novedades aquí, las colas para cenar o comer son kilométricas. Osama tenía ganas de probarlo pero, nada más ver el menú de desayunos, se nos ha ido la idea de la cabeza. Es todo pesadísimo y nada apetecible. Al menos para mí, que no me gustan los desayunos americanos llenos de grasa. Así que hemos terminado en Paul, como de costumbre. Miriam se ha portado genial en su silla, con un bizcochito que le ha dado el camarero, encantada de la vida. Luego hemos ido a comprar las cápsulas de café y a casa.

Para hacer tiempo, nos bajamos un rato a la piscina a refrescarnos. Se nota que es fin de semana porque está a reventar. Además, como todavía no han re-abierto la otra, pues se concentra todo el mundo en una. Tiene delito porque lleva cerrada más de 3 meses. Las cosas de Dubai; abrirán en pleno enero cuando no se pueda usar.

Nos volvemos a casa para preparar la comida, que hoy toca berenjenas rellenas de carne. Miriam, mientras comía, estaba que se caía de sueño; no me extraña. Nosotros aprovechamos para comer prontito y descansar al mismo tiempo que ella.

Yo desde luego me he quedado frita en el sofá. Y, cuando he abierto un ojo, eran las 15:45 pero la bella durmiente seguía dormida; ha abierto el ojo a las 16:15. Justo cuando llegaban mis suegros.

Después de merendar nos hemos bajado al patio a probar suerte. No se estaba del todo mal pero es que tampoco nos quedaba otro plan. Antes de volver a casa hemos ido al súper, que Osama se va a preparar un salmón a la plancha para cenar. Allí hemos visto a Miguel con su padre, que venían de la playa.

Ya en casa, Miriam ha cogido el teléfono inalámbrico y, dándole a los botones, ha terminado llamando a mi tía Rosario, en Jerez. Hay que tener un cuidado… No la hemos pillado porque estaba en casa de mi tía Blanca así que hablamos con ellas por SKype.

Osama ha estado estudiando toda la tarde y, a la hora del bano, Miriam estaba un poco descolocada porque no veía a su padre y Lakshmi tampoco estaba. Me miraba como diciendo: “pero, ¿quién me va a bañar hoy?” Al ver a su padre, se le ha iluminado la cara. Ahora ya no le dice “al baño” sino “hamam”, en árabe. Va sumando unas cuantas palabras ya.

Una vez acostada, hemos preparado nuestra cenita y a intentar ver algo en la tele. Pero tampoco hemos encontrado nada interesante. Terminamos viendo “Atrapa a un millón”. Sí, el concurso que presenta Carlos Sobera. Es que Osama se descargó una aplicación para ver todos los canales de la televisión española. Y, como tampoco nos quedan energías para ver una película entera, esto nos entretiene un ratillo.

Y yo me retiro mientras Osama se queda estudiando un poco más. Menudo mes le espera al pobre. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

Al borde del desmayo


Hoy es el último día de Nilesh en la oficina. Le hemos organizado una comida de despedida sorpresa en un restaurante indio que se llama Gazebo. Hanan, Leah y yo hemos tenido la genial idea de ir andando, casi nos da un patatús. Para colmo, el aire acondicionado del restaurante no funcionaba bien y, el tener la puerta abierta, pues tampoco ayudaba mucho. Así que nos hemos pegado toda la comida suda que te suda. Luego la aventura de pedir; todos los “no indios” teníamos la misma pregunta: “¿Que podemos comer?” Menos mal que teníamos a Shakir, Sachin, Jafeef y Faisal para ayudarnos. Aún  así, yo he flipado cuando me han traído mi plato. Pensaba que era pollo a la plancha con espinacas salteadas con ajito. Pues no, era una crema de espinacas con muuuuuuuuuuucho ajo y el pollo estaba cocinado en esa crema. Era comible pero telita con el ajo. Luego dicen que en España lo usamos mucho; que prueben la cocina india.

De vuelta a la oficina, estamos decididas a pillar un taxi pero no encontrábamos ninguno. Al final, andando en busca de uno hemos terminado llegando a la oficina. Ahí es cuando creía que me iba a desmayar en medio de la calle, ¡qué calor! Ha sido sentarnos en las sillas y desfallecer. De hecho, hemos tenido una conference call con Pringles y, literalmente, se nos han cerrado los ojos varios minutos.

A última hora, que hoy me toca quedarme tarde, tenemos el team meeting de todos los meses, donde Michael anuncia las novedades que haya y quien ha sido el “empleado del mes”, votado por nosotros. Esta vez se han unido las de agosto y septiembre. Las porque son dos chicas: Didi, del equipo de investigación; y Lini, la ayudante de Antonio, el director financiero. Sólo con aguantarle, ya se merece un estar pedestal la pobre.  Además de eso, no ha contado nada interesante. Se han presentado los presupuestos para 2013 y en la oficina central, en Londres, no están muy contentos con los números. Así que, por lo visto, viene una etapa de recortes importante. Si aplicara a todos, tendría sentido, pero, para variar, no es así.

Yo me he largado pitando a casa, que bastante tráfico me tengo que comer ahora. He tardado más de 45 minutos. Osama ya estaba en casa, que hoy Lakshmi se va un poco antes.

Después de acostar a Miriam, un poco más tarde que de costumbre para ver si amanece después de las 8, hemos cenado tranquilamente mientras intentábamos buscar una peli. Intento fallido porque últimamente la programación está fatal, no hay nada interesante. Yo, de todas formas, termino muerta; ni pelis ni nada, caigo frita en el sofá. Además, tengo una tos de viejo insoportable.

Ahora a disfrutar estos dos días que tenemos por delante. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Seguimos en lo absurdo


Bueno, ya estamos a miércoles, no queda nada para el fin de semana. En la oficina, más de lo mismo; seguimos intentando que Michael aterrice en el mundo real pero parece que no hay manera. Además, hoy ha llegado de muy mal humor. Como si me importara a estas alturas.

Por la tarde ha habido momento de crisis porque, después de una breve charla de Leah con Michael, le ha reafirmado que ella no se ocupa de nada de trafficking. Genial. Nilesh se va mañana  y no tiene a quién hacerle el traspaso de funciones. Y lo peor es que Rosheila, la única trafficker que tenemos ahora, se da dos semanas más y, si no mejora la cosa, también se larga.  En fin, yo ya he optado por no estresarme. Con suerte, me quedan 10 días, así que a dejarlo todo bien escrito y punto.

A mi hora, me largo a casa a por Miriam y Lakshmi. Hoy hemos ido a recoger unas camisas para mi padre, que las dejó en el sastre antes de irse. Y, de vuelta a casa, pasamos por el supermercado a comprar unas cosas que hacen falta. Me parto porque Miriam se cree que todos los ascensores llevan a casa. Como el súper tiene dos plantas, hay ascensor para poder subir con los carros. Pues, cuando hemos entrado, no paraba de decir “casa”. Y, al abrirse, se ha mosqueado porque no llegábamos a donde ella pensaba. Ni que fuera un teletransportador, jajajaa.
Llegamos a casa  a lo justo para el baño, la cena y a la cuna. Osama ha salido pronto así que Miriam estaba como loca. Ahora, cuando reza antes de dormir, va terminando las frases conmigo. Está hecha un loro parlanchín.

Hoy no ha hablado con los abuelos porque no estaban en casa; han llamado cuando se acababa de acostar. Mañana se van a Tarragona a la reunión familiar de todos los años, lo que llamamos Ravinada. Otra que me pierdo.

Y después de cenar nosotros y ponernos un rato al día, toca ir a dormir que ya no doy para más. 

martes, 18 de septiembre de 2012

No mucho que contar


Hoy va a ser un post corto porque no tengo demasiado que contar.

En la oficina seguimos en las mismas, sin novedad. Y ya cansa hablar del mismo tema siempre, ¿verdad? Si para mí es un aburrimiento, no quiero ni imaginarme para vosotros, un leño.

Por la tarde he estado dudando en que plan hacer con Miriam pero, al no tener silla en el coche, pues lo tengo limitado. Además, hoy Lakshmi está esperando que le traigan su ordenador a las 5 así que no me la puedo llevar. De todas formas, me ha llamado Uns para decirme que viene un ratito a vernos. Así que nos hemos bajado al patio, aprovechando que hoy el tiempo está mejor. Aunque a las 18:15 ya era insoportable la humedad.

Después de la charla con los abuelos, que han visto en directo como empieza a contar los números conmigo en español, se ha ido al baño con Lakshmi. Y, con ella, cuenta aún mejor en inglés porque le sigue el ritmo. Lakshmi dice los impares y ella los pares. Me la quería comer. Le he hecho hasta un vídeo para mandárselo a Osama.

He preparado unos wraps de pollo para cenar aunque yo sigo con mis cereales. Y a la cama tempranito que la humedad me ha dejado hecha polvo.

A ver si mañana tengo algo más que contaros. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Vuelta a los 46 graditos


Hoy la señorita ha amanecido a las 6:50. Claro, anoche se durmió muy pronto. Lo bueno es que parece que está mejor, se he levantado sin fiebre desde luego. Pero, para prevenir, hoy la dejamos sin ir a la guardería.

En la oficina hemos empezado el día con reunión de directores. Ha durado 45 minutos pero he terminado con un dolor de cabeza descomunal. Y es que, si soltamos a 5 gallinas en la sala, yo creo que hacen menos ruido que tres de las directoras, que horror. Era un duelo entre las tres para ver quién tenía más trabajo y más problemas con los clientes, ¡cómo gusta el drama en esta oficina! Luego comentaba con Marlain y Krin, pues era mi primera reunión de estas, y me decían que, cuando Michael las preside, no tiene nada que ver; nadie habla.

Menos mal que luego tenía otra con Tarek, que ha conseguido animarme. Ahora está de director de ventas en Souq (como un e-bay aquí) pero es al que yo sustituí en Carat, así que está bien puesto en el desastre interno que tenemos. Muy majo, nos ha traído “manakhesh” para desayunar y una guía con descuentos para un montón de restaurantes en Dubai. Estas cosas animan a cualquiera, ¿no?

He comido las albóndigas mientras seguía trabajando para ganar tiempo. Esta vez han salido riquísimas, no es por nada. Y es que, en vez de comprar la carne picada (que es malísima aquí en Dubai), he comprado mejor carne y la pico en casa con la Thermomix. Así me aseguro de que no tiene tanta grasa como la otra.

Después de comer tocaban las dos últimas reuniones del día. Primero con Roxie para discutir el briefing de Pringles para 2013. Y, para terminar, reunión de estatus, que ha sido eterna por la multitud de campañas que tienen los chicos de General Motors. Los pobres están desbordados y me piden cuentas a mí porque su jefe, que es nuevo, no les hace caso.

De camino a casa he flipado con el clima. Aunque por la mañana no se estaba mal, la tarde ha sido un infierno. El termómetro del coche marcaba 46 grados a las 5 de la tarde. Así que he preferido quedarme en casa con Miriam porque en el patio hará demasiado calor y en el pasillo del supermercado ponen el aire a toda pastilla. Hemos estado la mar de entretenidas. Nos hemos reído lo nuestro porque, como está hecha un loro de repetición, la tía ya cuenta algunos números con Lakshmi. Ella le dice “one” y, tan contenta, le contesta “two”. De momento sólo dice los tres primeros pares (two, four y six). Y, evidentemente, cuando a ella le da la gana.

También he aprovechado para sacar la pelota de pilates e inflarla, con la ayuda de Lakshmi. Según nos dijeron durante el anterior embarazo, sentarse y balancearse  es de gran ayuda para que la niña se coloque bien, que ahora mismo aún está de pie. Ahora me tocará cambiar el sofá por la pelota, a ver si conseguimos que se dé la vuelta.

Como todas las tardes, charlamos con los abuelos. Al principio no les ha hecho mucho caso pero se ha paralizado en frente de la pantalla en cuanto la abuela le ha enseñado un libro con caballos. Le encantan las “jacas”.

Y Osama ha llegado a tiempo hoy para bañarla, para disgusto de Lakshmi. Una vez acostada, hemos cenado nosotros una coca de verduras muy rica y a ver una peli tirados en el sofá. 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Miriam malita


A las 2:45 me ha despertado Miriam llorando, debía estar teniendo una pesadilla o algo. Menos mal que se ha vuelto a dormir en seguida. Yo no he tenido la misma suerte; entre las nauseas (que han vuelto)  y la ardentía, me ha costado lo mío coger el sueño. Así que toca empezar la semana cansadita.

De camino a la oficina, no sé porque, había un tráfico infernal; he tardado más de 40 minutos en llegar. Todo el mundo que venía de la misma zona que yo ha llegado tarde por el mismo problema.

No sé si será que es domingo, que estoy agotada, cansada de decir las cosas y que nadie escuche; el caso es que no tengo motivación ninguna en la oficina. Estoy empezando a delegar cosas en Leah para que se vaya poniendo las pilas, porque yo, en cuanto me largue, no pienso ni coger un teléfono ni contestar un correo. Es una baja no pagada.

Para seguir con el absurdo, no nos dejan contratar al responsable de trafficking con más experiencia. Y eso que lo necesitamos urgentemente porque tanto Nokia como General Motors tienen un último trimestre de lo más movido. Pero no, es mejor contratar al que menos sabe porque es más barato. Total, ya nos las apañaremos. ¿Cómo se puede estar motivado con esta actitud?

Menos mal que aún nos quedan los ratitos del almuerzo para echarnos unas risas. Hoy hemos ido a comer Krin, Kate, Marlain y yo a una cafetería francesa cerca de la oficina. Las risas estaban garantizadas con las historias de Krin, que este fin de semana ha ido a ver a una que predice el futuro. Parece que el espera un año bastante bueno, esperemos que así sea.

Por la tarde he ido con Miriam y Lakshmi a llevar unos zapatos de la enana, que son de ante, a una especie de tintorería especializada en bolsos y zapatos. Pero ha sido una total pérdida de tiempo porque sólo pueden teñirlos, no limpiarlos. Así que vuelta a casa. Al menos, hemos dado un paseíto. Pero Miriam está otra vez con mocos y, esta vez, notaba que tenía fiebre. 

Al llegar a casa, confirmado, tenía 38.5 la pobre. Y desde las 18:30 me señala la cuna para que le de a “Mimi”, su osita, y a dormir. La he aguantado hasta las 19:00 para bañarla y darle su cena preferida: sopa y croquetas. Lo ha devorado todo y, de postre, un poquito de Dalsy para bajarle la fiebre. Espero que mañana se levante mejor.

Osama sigue en la oficina y parece que va para largo así que he cenado mis cereales mientras charlaba un rato con mi hermano. Luego con mis padres y, antes de irme a dormir, chateo un ratillo con Laura mi amiga, que está de vuelta en Venezuela.

Y ya no me da el cansancio para más, así que termino de organizar la comida para mañana y a dormir. 

sábado, 15 de septiembre de 2012

Cena con Ale y Carlos


Hoy hemos tocado diana a las 8:30, estupendo. Además, los sábados, con eso de tener la clase de natación a las 10:00, la mañana pasa volando.

En cuanto me ve con el bañador en la mano, se le ilumina la cara y empieza a repetir “agua, agua” hasta la saciedad, con una sonrisa de oreja a oreja; me la como. Y es que se lo pasa bomba la tía.
Al llegar al colegio donde tenemos la clase, hemos visto a Miguel que estaba terminando su sesión. Muy mono, no paraba de decirnos adiós. Cómo les gusta despedirse, es una cosa. Miriam le dice “bye” hasta al coche cuando se baja. Mejor así.

En la clase, les han hecho una especia de barco con dos colchonetas y tenían que ir gateando de un extremo a otro. Nada mas caer en el agua con su padre, le ha dicho “baat”, que es “más” en árabe. Y es que ahora es como un lorito, cada día suelta una palabra nueva. Luego, al terminar la clase, me señalaba la bolsa y me pedía “biski”. He tardado un par de minutos en entender lo que quería: una galleta (“biscuit”) Vaya personaje está hecho.

Ya en casa hemos hablado un ratito con los abuelos y, para hacer tiempo antes de comer, damos un paseo por el pasillo de abajo. Estaba Many, uno de los guardas de seguridad con el que se lo pasa pipa.

La he sentado a ver “Baby Einstein” mientras yo preparaba unas albóndigas para mañana y pasta para comer hoy, pues Osama sigue trabajando.

Después de comer he ido a descansar un ratillo pero, Ley de Murphy, en cuanto me he sentado en el sofá, se ha despertado. Y es que hoy ha dormido muy poco. Por más que he intentado que se volviera a dormir, nada de nada.

Por la tarde me la he llevado al Dubai Mall a comprar un par de cosas. En el aparcamiento, que era un desastre hoy, se ha asustado porque una imbécil no tenía paciencia para esperar a que yo aparcara así que le he gritado por la ventana y Miriam se ha pensado que era a ella, pobrecita. Menudo brinco ha dado en su silla, me he sentido fatal.

Entre recado y recado, la he llevado a ver el acuario que le encanta. Iba de lo más tranquila en su silla, charloteando en su idioma, más buena.

Ya en casa, hemos intentado hablar con mi hermano pero algo le pasaba a su conexión, que no lo hemos conseguido. A ver si mañana tenemos más suerte.

Y luego una maratón porque tenemos cena con Ale y Carlos, recién casados, para darles el regalo de boda. Es una Thermomix que le hemos comprado entre 5 parejas. Hemos ido al “Grand Grill” en el Hotel Habtoor Grand. Una de las parejas no ha podido venir porque están jugando la final del torneo de pádel. Pero sí han venido Ines y Luis, y Malex y Mateo, a los que no conocíamos. Lo hemos pasado estupendamente pero a las 23:30 ya no dábamos más de sí ninguno, así que a recogernos temprano para empezar bien la semana.

Se acabó lo bueno. Mañana de nuevo a la oficina. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

Tarde de playa


Pues sí señor, a las 8:15 hemos amanecido. Y mirad si sabe la tía que, en cuanto le he dicho que vamos a desayunar, me ha contestado: “Pa”, que es pan. Es que le encanta su tostadita de pan con aceite, es una vieja.

Han venido mis suegros a quedarse con ella mientras nosotros vamos al médico, que hoy toca consulta otra vez. Lakshmi, de todas formas, salía hoy tarde así que también estará ayudándoles.

La consulta de hoy, de nuevo, era parte de un curso con otros ginecólogos. De hecho, eran dos que también participaron en aquella clase en la que me aseguraron que era un niño. Lástima que la supervisora no estaba, para preguntarle. Como es habitual en mí y mi suerte, la que me ha hecho la ecografía era la más perdida de los dos, no daba pie con bola. Menos mal que el otro la iba guiando. Además, la condenada apretaba con una fuerza que la he tenido que parar un par de veces, qué daño. Pero lo importante es que va todo en orden. Mi médico ha pasado 5 minutos para supervisar y decirme que, a partir de ahora, me verá cada dos semanas.

Al llegar a casa, la enana estaba comiendo y yo he empezado a preparar la comida, que mis suegros se quedan a almorzar. He hecho unos pimientos del piquillo rellenos de pollo con salsa de tomate a la hierbabuena. Los pimientos, evidentemente, me los traje de España este verano, ¡me encantan! Han salido muy ricos pero, para mi gusto, la carne estaba demasiado picada. Un aprendizaje para la próxima vez.

Después de comer me ha dado tiempo a dormir un ratillo, que hoy se ha despertado casi a las 4 de la tarde.

Osama, para variar, tiene que trabajar esta tarde así que yo me llevo a Miriam a la playa. Allí he quedado con Nacho y su novia, Ana, que ha venido una semanita de vacaciones a tantear la ciudad. De momento, en su primer día, parece que le está gustando. A ver si sale alguno de los proyectos que tiene entre manos y se viene pronto.

Aunque el agua todavía está muy caliente, se estaba genial en la playa; sin demasiado calor y la humedad era tolerable. Además, me encanta ver lo que disfruta la enana con el agua, la arena, pegando carreras por la orilla; da gusto verla. Cada vez que pueda, la traeré a la playa; es mucho más sano.

Al llegar a casa, hemos hablado con los abuelos y directa al baño, que la playa la ha dejado baldada.

Yo iba a preparar una coca de verduras para cenar pero me ha dado una pereza tremenda así que he terminado con un cuenco de cereales y Osama ha pedido una pizza. Como en la tele no hay nada de nada, hemos terminado viendo una de las que grabamos en el recibidor. En español creo que se llama “Dicen por ahí…” No es nada del otro mundo, la verdad, pero hemos pasado el ratillo.

Mañana a seguir disfrutando. 

jueves, 13 de septiembre de 2012

¡Jueves!


Llegó el jueves por fin y, por mucho trabajo que haya, ya es fin de semana, así que se ven las cosas de otra manera, ¿verdad?

En la oficina hemos tenido trabajo para aburrir, un no parar. Además, hoy tenía que presentar la estimación para el 2013. Como si fuera fácil predecir lo que van a invertir mis clientes el año que viene, no tengo ni la más remota idea. Lo he estimado lo mejor que he podido.

Como siempre pasa, al final del día, empiezan a salir marrones por todos lados y todo el mundo quiere las cosas urgentemente. Pero bueno, yo intento hacerles razonar y, algunas veces, lo consigo.

Y, como buen jueves, no podían faltar los errores. Con una campaña que tenemos para Philips en Facebook, el proveedor no para de meter la pata, parece que no entiende nada de lo que le mandamos. Y eso que, viendo lo torpes que son, se lo enviamos todo bien mascadito; pues ni por esas. Pero es que yo parece que aún no he comprendido que, en este país, es imposible aplicar la misma lógica que en otros. A seguir armándose de paciencia.

He salido un poco más tarde pero a tiempo para recoger a Miriam e irnos al patio. Es el primer día que lo intentamos, después de todo el verano sin poder ir. Y es que parece que hoy ha bajado un poco la temperatura y se empieza a estar mejor, aunque yo aún no canto victoria. De todas formas, yo veo que los niños abajo no sudan y, sin embargo, Miriam tiene los pelos como si se acabara de salir de la piscina. Debe ser el gen español porque Elena, otra vecina española, dice que a Miguel, su hijo, le pasa igual.

 Abajo nos hemos encontrado con Joe, mi antiguo compañero en la otra agencia. Ahora está buscando trabajo porque, según él, ha dejado el maravilloso puesto que tenía en BPG. La industria es demasiado pequeña como para saber que la historia es diferente. Pero bueno, yo le deseo la mejor de las suertes.

A las 18:30 ya nos hemos subido porque, después de la puesta de sol, la humedad se hace insoportable. La entretengo como puedo porque hoy no hablamos con los abuelos, que se han ido a la playa. Y quiero aguantarla un poquito más para que mañana amanezca, al menos, a las 8.

Antes de acostarla, hemos llamado a su padre para darle las buenas noches. Así llevamos tres días, pobre Osama.

Hoy ha llegado a cenar, al menos. Y, mientras cenábamos, hemos visto la final de Junior Masterchef, que se la grabé ayer.

A ver qué tal se presenta el fin de semana. 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Santo de Miriam


Sí, hoy es el santo de la pequeñaja aunque ella no se entera de nada, claro. Y se ha levantado con los pelos totalmente revolucionados.

En la oficina otro día sin parar, no veo la hora de que llegue el fin de semana. Por la mañana he charlado con Nick, que es nuestro Ejecutivo de Recursos Humanos. El pobre está flipando casi tanto como yo. Pero, viendo de qué pie cojean los jefes, hemos decidido coger nosotros el toro por los cuernos y darles las cosas hechas. Al parecer es lo que necesitan. Luego me ha tocado hacer lo mismo con Jafeef, el nuevo director de cuentas. Ese sí que esta alucinando en colores.

Me he comido mis lentejitas mientras terminaba la presentación de Avent. Kinga, la responsable de marketing de la marca, está a punto de tener su tercer hijo; sale de cuentas la semana que viene. Lo quiere dejar todo cerrado, lógicamente, así que la reunión ha sido rapidita. Nos han enseñado los nuevos biberones, que estarán en el mercado a partir de diciembre.

De allí me he ido directa a casa, aunque con el portátil porque me va a tocar currar esta tarde un poco. Pero lo primero es lo primero: llevarme a mi ratona a jugar al pasillo. Me he bajado un tubo de hacer pompas de jabón, que le flipan. Allí hemos estado las dos: yo haciéndole las pompas y ella corriendo para explotarlas con los dedines.

Como aún hace calor para estar en el patio de fuera, pues todos los niños están en el pasillo y hay un ruido insoportable. Imaginaos, todos corriendo y chillando, un horror.

Antes de subir a casa pasamos por el supermercado para comprar un par de cosas. Como siempre, la reina del súper. Sobre todo hay dos, Regina y Ponnab, que la quieren un montón. Vamos que las dos se han pasado el mes de agosto preguntándome cuando llegaba Miriam.

Ya en casa, hemos charlado con los abuelos que hoy estaban en casa de mi tía Mercedes, así que también hemos podido charlar con ella y con mi primo Fernando.

Después de acostarla, como Osama tampoco viene temprano hoy, me he puesto a currar yo también mientras veía la gran final del Junior Masterchef. Pero hoy no he llorado nada de nada, ¿eh? Eso sí, me ha dado penita por Jack, que ha quedado segundo frente a Isabella. Pero vaya postre que se han marcado los dos, increíble.

Y mañana, el ansiado jueves, qué ganas. 

martes, 11 de septiembre de 2012

Llorera en frente de la tele


Pues el martes ha estado bastante liadillo también.

A primera hora hemos tenido un curso con Google para preparar uno de los exámenes que ofrecen. En el primer descanso, me he vuelto a la oficina porque era demasiado básico. El 85% de los que atendían el curso no habían hecho una campaña de buscadores en su vida. Y, con la de cosas que tengo que hacer en la oficina, no estoy como para perder el tiempo.

Al llegar a la oficina, me he encontrado un correo de mi madre contándome la aventura de mi hermano ayer en la peluquería. Bien ha merecido una llamada porque hacía tiempo que no me reía tanto. Entre lo gracioso que es contando las cosas y el hecho de imaginármelo en la situación, he terminado llorando a moco tendido de la risa. Mis compañeros me miraban asustados, pensando que me iba a dar algo.

Mañana presentamos estrategia de Avent para 2013 así que he estado bastante liada con eso.

Hoy toca comer con Hanan, una compañera que esta flipando en colores también con la situación de la oficina. Ella y Mahmoud son los que más están sufriendo todos los cambios y me tienen como su paño de lágrimas, pobres. Yo les ayudo encantada porque son dos profesionales como la copa de un pino y me da mucha rabia que no los reconozcan como se merecen.

Por la tarde, Leah ha estado ayudando a Wissam con dos de las campañas de General Motors. A ver si sobreviven al caos que tienen encima.

A las 4:30 he ido a Philips para revisar el plan de la siguiente campaña que tenemos. Se supone que empezamos el 1 de octubre pero me da que se va a retrasar una semana porque la web no está lista aún. También hemos estado hablando un poco con Mohammed, el responsable de online, sobre la estrategia de digital para el año que viene. A ver si conseguimos que, por primera vez, nos den alguna información de antemano.

Hoy tocaba llegar a casa tarde. Pero he ido directamente al pasillo de abajo, que estaba Miriam con Lakshmi. Allegra, esta vecina española, había intentado celebrar el cumpleaños de Aleah allí pero, por lo visto, no le han dejado. En parte, tiene sentido porque, si todo el mundo hiciera las fiestas allí, terminaría el pasillo hecho una mierda la mitad de los días. No sé qué  habrán hecho al final. Miriam estaba allí tan contenta con dos globos, que intentaba morder con los 5 dientes y medio que tiene. Le llega a explotar uno y menudo susto se habría pegado.

De vuelta a casa, hemos hablado con mi prima Blanca, que está como loca con las mantas que le he mandado con mis padres. Miriam ha visto a sus primos, Carlos, Fernanda y Blanquita. Luego tocaba con los abuelos y al baño directa, que con el cansancio se pone hiperactiva y no hay quién la aguante.

Ha cenado como una bestia, porque las croquetas no las perdona, y a la cama. A Osama, el pobre, parece que le espera una noche larga en la oficina porque me ha dicho que ni le espere despierta. A ver si es verdad que los terminan pronto porque vaya ritmo que lleva el pobre. 

Yo he preparado unas lentejas para mañana y cenado unos cereales mientras veía la final del Junior Masterchef. De los 4 que se clasificaron ayer, sólo dos pasan a la gran final. Primero ha pasado Jack, el único chico que quedaba. Y luego, Siena, Sofía e Isabella han cocinado unos mejillones rellenos de espinacas y queso feta con una salsa vinagreta de garbanzos para ganarse la segunda plaza. La otra finalista ha sido Isabella, que es hermana melliza de Sofía. Me teníais que ver llorando en frente de la tele viendo cómo se despedían las hermanas, patético. Y es que, cuando le han preguntado a Sofía cuál ha sido su mejor momento de todo el concurso, ha contestado: “Estar aquí viendo a mi guapa hermana pasar a la gran final” Y la otra pobre pidiéndole perdón por haber pasado ella. Eso ha sido ya la puntilla, me caían lágrimas como melones; para verme. Deben ser los desajustes hormonales. En mi defensa diré que los miembros del jurado también estaban llorando.

Total que con mis lágrimas me he ido a dormir del tirón. Mañana os cuento quién gana y si me vuelve a entrar la llorera.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Empieza la guardería


Hoy es el primer día oficial de guardería para Miriam, después del paripé de ayer. Osama es el que tiene el privilegio de llevarla y recogerla todos los días, que le pilla más cerca de la oficina. No sabéis la envidia que le tengo. Pero ya queda poco para la baja y, entonces, me encargaré yo. Como era de esperar, se ha puesto a llorar en cuanto ha dejado de ver a su padre. Pero lo peor es que las dos profesoras que llevan su clase no hacen nada por entretenerla, sino que le piden a Osama que se quede un rato. Y luego, cuando ya se ha quedado entretenida, le dicen que nada de recogerla a las 12:30 sino que mejor a las 11:00 para que se vaya adaptando poco a poco. Eso sí, el precio del trimestre no tiene adaptación ninguna, sino que hay que desembolsar los más de 10,000 dhs. (2,100 euros) de golpe. Definitivamente, es un negociazo lo de montar una guardería.

En la oficina, más de lo mismo. Lo bueno de hoy es que Marlain ha vuelto de vacaciones. Es con la que mejor me llevo de todas así que es un gusto tenerla de vuelta, aunque ella, claramente, está en depresión total. Nos hemos ido a comer juntas para ponernos al día.

Después de comer hemos tenido reunión de status con Michael, el jefe. Vuelta al sin sentido porque lo que antes era A ahora es B y así no hay quién se aclare. Y en la cuenta de General Motors está cayendo el diluvio; con miles de campañas por activar en la próxima semana y, al no tener gente suficiente, pues no llegan. Leah, mi compañera, y yo les estamos ayudando en lo que podemos, pero me da a mí que se acerca una tormenta y de las gordas. Pero parece ser que nadie lo ve así, de modo que yo sigo a mi bola.

Por la tarde, he recogido a Miriam y Lakshmi para ir al Dubai Mall. Mañana es el cumpleaños de Aleah, una vecina mitad española y mitad sudafricana; y hemos ido a comprarle un regalo. Me he quedado flipada porque, nada más entrar en el aparcamiento, Miriam ha empezado a decir “agua” y “pe” (pez en su idioma). No quería creerme que era por el acuario, que lo vio un par de veces cuando estuvimos con mis padres hace un par de semanas. Pues efectivamente era por eso, vaya memoria que tiene la colega.

En la entrada del mal nos hemos encontrado con Duraid y Ahmad, dos de los proveedores con los que solía trabajar en mi anterior agencia, muy majos.

Tras comprarle el regalo a la cumpleañera, nos vamos pitando a casa que en este Dubai Mall se pierde un montón de tiempo de un lado a otro. Llegamos a lo justo para charlar con los abuelos e irse al baño. Osama, de nuevo, llega tarde el pobre y es que están a mil con los presupuestos del año que viene.

Hemos cenado mientras veíamos Junior Masterchef en la tele. Es un concurso de pequeños cocineros y ya están llegando al final. Los enanos tienen entre 9 y 12 años y es alucinante ver los platos que cocinan; de restaurante de 5 estrellas vamos. Hoy tenían que preparar un pescado diferente cada uno en un restaurante muy famoso en Australia (el programa es allí). Como sorpresa, las invitadas al restaurante eran sus madres. De los 7 que quedan, sólo 3 han pasado a la final, donde ya les esperaba una: Sofia.  La verdad es que ha dado mucha pena ver a los otros 4 irse a casa, lloraban como magdalenas pobrecitos.

Esto ha sido todo por hoy. A ver qué tal se presenta el martes. 

domingo, 9 de septiembre de 2012

De domingo

Empezamos una nueva semana y me da a mí que no va a ser muy positiva, en lo que a cuestión laboral se refiere. Ya he empezado peleándome con nuestro director financiero que, al mismo tiempo, es de recursos humanos; lo nunca visto. Porque, digo yo, ¿cómo puede la misma persona responsabilizarse del desarrollo y los beneficios de sus empleados al mismo tiempo que cuadra los presupuestos? Pero en este circo ya nada me sorprende. 
El motivo de mis quejas viene porque resulta que el seguro no me cubre todo el embarazo, tiene un límite que ni siquiera cubre el parto. Seguro que en estos años os he contado que, en Dubai, al no haber impuestos, no tenemos sanidad pública. Las empresas, por ley, están obligadas a pagar a todos sus empleados un seguro privado, lógico. En estos casi 5 años que llevo aquí, nunca había tenido ningún problema; trabajaba para una empresa seria. Pero ahora es otro caso, hacen lo imposible por ahorrarse un dírham. A ver en qué termina la cosa porque yo, desde luego, no pienso ceder. No estoy pidiendo una operación de cirugía estética, sino un parto natural.

Por la mañana he tenido que salir una hora para llevar a Miriam a la guardería. Esa es otra, en vez de empezar directamente, como se hacía siempre, ahora tienen el primer día de orientación, para que las profesoras conozcan al niño/a antes de empezar. Si tienes 4 meses por delante para conocerla, ¿a qué viene esto? Así que allí hemos estado 45 minutos haciendo el paripé. Al salir, casi me da un síncope del calor que hacia: 46 grados. Y, con el coche a pleno sol, imaginaros; un horno. Menos mal que son sólo 5 minutos hasta casa.

De vuelta a la oficina, me he pillado un sándwich para comer delante del ordenador y adelantar cosas, que quiero salir a mi hora.

Por la tarde hemos bajado al pasillo porque, como sigue la pobre con mocos, paso de llevarla a la piscina. Aún hace demasiado calor para ir a la playa, incluso por las tardes.  Esperemos que en un par de semanas esté mejor la cosa. De todas formas, ella se lo ha pasado pipa. Una de las chicas estaba haciendo pompas de jabón y tenía a un porrón de niños alrededor de ella, así que se ha unido al grupo. Iba corriendo sin parar, muerta de risa, para explotar las pompas. Luego ha pasado una vecina con su perro preferido, una labradora que se llama Gaby. Claro, ha salido corriendo como una loca detrás de ella, emocionada.

Una vez en casa, hemos charlado con los abuelos que hoy están en casa de mi tía Blanca. También estaban mis sobrinos y, al veros por Skype, se ha quedado petrificada en frente de la pantalla, muy graciosa. Me decía sin parar: “Mira, mira”, no daba crédito. Pobre, teniendo una relación virtual con sus primos.

Mientras preparaba las cenas, he estado hablando con mi amiga Ale, que ya ha vuelto de su viaje de novios en Japón. A ver si esta semana quedamos con ellos y nos cuentan de la boda en Mallorca, a la que desgraciadamente no pudimos ir, y el viaje.

Después de acostarla, hemos cenado mientras veíamos los dos últimos sets de la semifinal entre David Ferrer y Djokovic. Menuda rabia me ha dado verlo perder; en fin, otra vez será. 

sábado, 8 de septiembre de 2012

Empezando clases de natación


Hoy es la primera clase de natación. Ya sé que no va a aprender a nadar pero sí sirve para que se familiarice con el agua, le tenga más respeto y, también, como una actividad más para hacer los fines de semana. Son todos los sábados a las 10:00 hasta diciembre. Hay que aprovechar que el clima lo permite.

Nada más llegar y ver la piscina tan grande, se ha puesto a gritar emocionada “agua”, “mai”, jajaja. Allí hemos visto a Elena y Laurent, nuestros vecinos, con Miguel; otro que ha crecido un montón durante el verano. Y también ha vuelto más mayor de sus vacaciones en Francia. Miriam, nada más llegar, quería ponerse sus manguitos a toda costa. Y eso que aún quedaban 10 minutos para meterse en el agua. Viendo que no le hacíamos mucho caso, los ha sacado de la bolsa, se los ha metido por los brazos e intentaba soplar para llenarlos. Yo me partía de risa.

La clase dura 30 minutos solo porque, tan pequeños, se aburren. Pero ha estado entretenida. Les cantan canciones mientras nosotros los movemos en el agua y, luego, con los tubos esos, los movemos de un lado a otro de la piscina, supuestamente para que ellos aprendan a mover los pies y a expulsar aire por la boca para no tragar agua. Miriam se ha limitado a disfrutar del agua, tampoco le vamos a exigir nada en la primera clase. Ya lo irá pillando.

De vuelta a casa, he estado preparando la comida de hoy y la de mañana. A las 12:45 la pobre ha entrado en la cocina deseando comer. Intentaba coger su silla mientras me decía “papa, papa”. No sabrá hablar aún pero desde luego, cuando le interesa, se hace entender a las mil maravillas.
Misma operación que ayer: comemos tempranito para descansar un rato antes de que la enana vuelva al ataque.

Esta tarde nos hemos ido a ver a otros amigos: Neda y Alex. Tienen un niño, Elias, un mes menor que Miriam. Así dejamos a Osama estudiar, que tiene examen el 21 de octubre. Es la segunda parte del curso que empezó el año pasado.

Hemos merendado en casa de estos amigos y, después, nos hemos ido un ratito a la piscina. El agua estaba muy fría así que tampoco hemos aguantado mucho. Han estado jugando un rato en su casa y ya nos hemos vuelto a la nuestra.

Hoy empezamos con el baño un poco antes para que se vaya despertando antes de las 8. Aunque yo desde luego no pienso despertarla para ir a la guardería. Ya tendrá tiempo de madrugar el resto de su vida, ¿no? No le va a pasar nada por entrar 20-30 minutos tarde.

Para cenar, han venido Uns y un amigo suyo, Feras. Hemos preparado unas tapitas y una ensalada para echar un rato de lo más agradable. A lo tonto, nos hemos terminado yendo a dormir pasadas las 12 pero sarna con gusto no pica.

A ver qué tal se plantea la semana. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

Hoy toca hacer la compra


Empezamos el viernes con fuerza. Hemos amanecido a las 8:30, no está mal. Y es que Miriam está de lo más dormilona últimamente; mejor para nosotros.

Hoy vamos a empezar el día haciendo la gran compra. Como ya tengo terminado el plan de comidas y cenas para el resto del mes (estoy irreconocible), pues debe ser más fácil. Pero, siempre hay un pero, la torpe de mi se ha dejado el menú en la oficina, así que tengo que improvisar un poco. Menos mal que la memoria no me ha fallado demasiado.

Ya de vuelta a casa, he preparado las comidas de Miriam y la nuestra. Charlamos un ratito con los abuelos antes de dar de comer a la enana. Nosotros casi que comemos detrás para aprovechar y descansar un poco mientras ella siegue con su siesta.

Por la tarde han venido los padres de Osama a tomar el té y les hemos hecho una tarta-bizcocho de naranja, jengibre y almendras. La verdad es que ha salido muy rica.

Hemos bajado un rato al patio, que no se estaba del todo mal. Pero ya, una vez que se pone el sol, la humedad es insoportable. Así que, ya arriba, la hemos entretenido como hemos podido.

Después de cenar, ha ido revoleada a la cama, es un gusto. Y nosotros hemos cenado unas espinacas con bechamel muy ricas. Hoy le he dado un tute a la pobre Thermomix, que si fuera persona, se habría ido de casa, jeje.

Para terminar el día, vemos la película del “Ilusionista”, que la hemos pillado a mitad en la tele pero nos encanta.

Mañana, más. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Jueves largo


Vaya jueves más largo he tenido hoy. Pero, sabiendo que ya empieza el fin de semana, se sacan fuerzas de donde sea.

La reunión que tenía previsto empezar a las 15:30 ha comenzado a las 17:15; el cliente estaba visitando supermercados para ver cómo estaba de bien posicionado su producto y ha llegado tardísimo. A eso hay que sumarle que Patty, nuestra responsable de investigación, charla por los codos y tiene un afán de protagonismo que no es normal, así que no ha parado de interrumpirme mientras yo no veía la hora de terminar con mi presentación. A las 18:30 ya no tenía mucho sentido quedarme, con lo cual me he largado a casa, que ya toca.

Como es hora punta y, además, jueves, me he chupado todo el tráfico de vuelta a casa. He llegado casi al mismo tiempo que Miriam, que venía como una moto.

Hemos charlado un ratito con los abuelos. Pero la muy puñetera, cuando es el abuelo el que contesta a Skype, se mosquea. Ella espera ver a su abuela. Luego lo hemos intentado con el padrino pero no ha querido funcionar bien. Por suerte, se arregló mientras le hacia la cena así que ha visto en directo que el pescado con patatas no le ha gustado demasiado. Me decía, literalmente, que se lo comiera mamá.

A nosotros sí que nos ha gustado la cena, que nos hemos comido mientras veíamos “Historias de Philadelphia”. Hacia un montón de tiempo que no la veía pero en ingles es bastante difícil seguirla; sobre todo sin subtítulos. 
Hablan rápido y con acento antiguo así que he terminado por quedarme frita en el sofá.

A coger fuerzas para el finde, que se presenta con bastante actividad. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Visitando a los Karkour


Nos vamos acercando al final de la semana, una alegría.

En la oficina ha estado el día entretenido. Sin demasiado estrés, menos mal, pero lo bastante ocupada como para que pasara rápido. Mañana tenemos reunión con un cliente y estoy terminando un par de presentaciones.

Por la tarde, he ido a recoger a Miriam para ir a ver a unos amigos, Michel y Stephanie, que tuvieron un niño en abril. Ella iba como loca a ver al bebé. Allí ha estado jugando con él y dándole sus juguetes, muy cariñosa. La verdad es que, aunque bastante activa y traviesa, es más buena que el pan. Además, hoy tenía el culete bastante rojito, que debe estar con un diente. Pues no se quejaba.

A Osama le toca quedarse hoy en la oficina, que andan liados con los presupuestos del año que viene. Así que Lakshmi estaba encantada con bañarla ella.

Antes del baño hemos hablado con el abuelo, porque la abuela se había ido de paseo.

Le hemos dado de cenar una sopita de arroz, que le ha gustado mucho y sus croquetas, que no perdona. Luego, como de costumbre, ha caído reventada.

Yo he cenado cereales otra vez y charlado un rato con mi amiga Tere, que también está de buena esperanza. Y, antes de dormir, le he arreglado por fin los elásticos a un traje de Miriam; ya era hora. 

martes, 4 de septiembre de 2012

Primera palabra en árabe


La mañana ha empezado con la segunda y última inyección para lo de los pulmones. Esta vez me la han puesto aún mejor que ayer. Otra cosa terminada. Próxima consulta es el 14, que será parte de otra clase. Espero que sea con los mismos que la otra vez, para preguntarles dónde vieron el niño con tanta claridad, jeje.

En la oficina hay buenas noticias. Esta tarde nos ha confirmado Michael que ya están contratadas dos personas nuevas para llevar mis cuentas mientras yo estoy de baja maternal. Una se incorpora el 7 de octubre y la otra a finales del mismo mes. Como aquí la baja maternal son solo 45 días naturales, yo la he extendido con 3 meses de excedencia. Así, al menos, dejo a la pequeñaja más criadita.

La presentación en Johnson & Johnson, al parecer, ha ido muy bien. Están todos muy contentos y con esperanzas de ganar la cuenta. No sabremos nada hasta dentro de unas 6 semanas aproximadamente. Mientras tanto, crucemos dedos.

Hoy es el cumpleaños del hijo de Lakshmi, Ramyan, así que le he dado la tarde libre para que lo celebre con él. Se ha venido Uns a vernos y nos hemos bajado a la piscina un ratito. A Miriam le encanta y se lo pasa en grande. Al volver a casa, ha visto que Uns se iba a dar una ducha y, en seguida, se quería bañar ella también.

Mientras llegaba Osama, hemos charlado un rato con los abuelos y, luego, con mi tía Blanca, que la hemos pillado conectada.

Creo que no lo había comentado antes pero a Miriam le estamos hablando en tres idiomas. Yo sólo le hablo en español, su padre sólo en árabe y Lakshmi en inglés, como en la guardería. Es muy común que los niños aquí en Dubai estén expuestos a más de un idioma. Lo bueno es que, desde tan pequeños, lo pillan todo. Ella entiende los tres perfectamente, pero s ó lo contesta en español, de momento. Es lógico porque es el que más escucha y, además, después de todo el verano en España, pues ha empezado a soltarse más. Pero hoy, mientras su padre la bañaba, se ha empezado a hacer el sordo cuando ella le señalaba el agua, y le preguntaba qué quería decir. Así que, ni corta ni perezosa, le ha respondido en árabe, “mai”. Luego, mientras cenaba, a mí me decía “agua” y a su padre “mai”. Es un gran adelanto. A ver si continúa progresando.

Para cenar, Osama se ha pedido una pizza y yo me he tomado un bol de cereales, que la ardentía me está matando y he leído que lo mejor es tomar leche. Espero que funcione.

Hemos visto una película que esperábamos más graciosa, “Guerra de novias”, y que a Osama le ha aburrido soberanamente, claro. A la vez, hemos estado buscando carpinteros por internet para que nos hagan unos cajones en los armarios del cuarto de las niñas.

Y esto es lo que ha dado de sí el martes.