Vaya jueves más largo he tenido hoy.
Pero, sabiendo que ya empieza el fin de semana, se sacan fuerzas de donde sea.
La reunión que tenía previsto empezar a
las 15:30 ha comenzado a las 17:15; el cliente estaba visitando supermercados
para ver cómo estaba de bien posicionado su producto y ha llegado tardísimo. A eso
hay que sumarle que Patty, nuestra responsable de investigación, charla por los
codos y tiene un afán de protagonismo que no es normal, así que no ha parado de
interrumpirme mientras yo no veía la hora de terminar con mi presentación. A
las 18:30 ya no tenía mucho sentido quedarme, con lo cual me he largado a casa,
que ya toca.
Como es hora punta y, además, jueves, me
he chupado todo el tráfico de vuelta a casa. He llegado casi al mismo tiempo
que Miriam, que venía como una moto.
Hemos charlado un ratito con los abuelos.
Pero la muy puñetera, cuando es el abuelo el que contesta a Skype, se mosquea.
Ella espera ver a su abuela. Luego lo hemos intentado con el padrino pero no ha
querido funcionar bien. Por suerte, se arregló mientras le hacia la cena así
que ha visto en directo que el pescado con patatas no le ha gustado demasiado.
Me decía, literalmente, que se lo comiera mamá.
A nosotros sí que nos ha gustado la cena,
que nos hemos comido mientras veíamos “Historias de Philadelphia”. Hacia un montón
de tiempo que no la veía pero en ingles es bastante difícil seguirla; sobre
todo sin subtítulos.
Hablan rápido y con acento antiguo así que he terminado
por quedarme frita en el sofá.
A coger fuerzas para el finde, que se
presenta con bastante actividad.
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