Hoy la señorita ha amanecido a las 6:50.
Claro, anoche se durmió muy pronto. Lo bueno es que parece que está mejor, se
he levantado sin fiebre desde luego. Pero, para prevenir, hoy la dejamos sin ir
a la guardería.
En la oficina hemos empezado el día con reunión
de directores. Ha durado 45 minutos pero he terminado con un dolor de cabeza
descomunal. Y es que, si soltamos a 5 gallinas en la sala, yo creo que hacen
menos ruido que tres de las directoras, que horror. Era un duelo entre las tres
para ver quién tenía más trabajo y más problemas con los clientes, ¡cómo gusta
el drama en esta oficina! Luego comentaba con Marlain y Krin, pues era mi
primera reunión de estas, y me decían que, cuando Michael las preside, no tiene
nada que ver; nadie habla.
Menos mal que luego tenía otra con Tarek,
que ha conseguido animarme. Ahora está de director de ventas en Souq (como un
e-bay aquí) pero es al que yo sustituí en Carat, así que está bien puesto en el
desastre interno que tenemos. Muy majo, nos ha traído “manakhesh” para
desayunar y una guía con descuentos para un montón de restaurantes en Dubai. Estas
cosas animan a cualquiera, ¿no?
He comido las albóndigas mientras seguía trabajando
para ganar tiempo. Esta vez han salido riquísimas, no es por nada. Y es que, en
vez de comprar la carne picada (que es malísima aquí en Dubai), he comprado
mejor carne y la pico en casa con la Thermomix. Así me aseguro de que no tiene
tanta grasa como la otra.
Después de comer tocaban las dos últimas
reuniones del día. Primero con Roxie para discutir el briefing de Pringles para
2013. Y, para terminar, reunión de estatus, que ha sido eterna por la multitud
de campañas que tienen los chicos de General Motors. Los pobres están desbordados
y me piden cuentas a mí porque su jefe, que es nuevo, no les hace caso.
De camino a casa he flipado con el clima.
Aunque por la mañana no se estaba mal, la tarde ha sido un infierno. El termómetro
del coche marcaba 46 grados a las 5 de la tarde. Así que he preferido quedarme
en casa con Miriam porque en el patio hará demasiado calor y en el pasillo del
supermercado ponen el aire a toda pastilla. Hemos estado la mar de entretenidas.
Nos hemos reído lo nuestro porque, como está hecha un loro de repetición, la tía
ya cuenta algunos números con Lakshmi. Ella le dice “one” y, tan contenta, le contesta “two”.
De momento sólo dice los tres primeros pares (two, four y six). Y,
evidentemente, cuando a ella le da la gana.
También he aprovechado para sacar la
pelota de pilates e inflarla, con la ayuda de Lakshmi. Según nos dijeron
durante el anterior embarazo, sentarse y balancearse es de gran ayuda para que la niña se coloque
bien, que ahora mismo aún está de pie. Ahora me tocará cambiar el sofá por la
pelota, a ver si conseguimos que se dé la vuelta.
Como todas las tardes, charlamos con los
abuelos. Al principio no les ha hecho mucho caso pero se ha paralizado en
frente de la pantalla en cuanto la abuela le ha enseñado un libro con caballos.
Le encantan las “jacas”.
Y Osama ha llegado a tiempo hoy para bañarla,
para disgusto de Lakshmi. Una vez acostada, hemos cenado nosotros una coca de
verduras muy rica y a ver una peli tirados en el sofá.
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