lunes, 17 de septiembre de 2012

Vuelta a los 46 graditos


Hoy la señorita ha amanecido a las 6:50. Claro, anoche se durmió muy pronto. Lo bueno es que parece que está mejor, se he levantado sin fiebre desde luego. Pero, para prevenir, hoy la dejamos sin ir a la guardería.

En la oficina hemos empezado el día con reunión de directores. Ha durado 45 minutos pero he terminado con un dolor de cabeza descomunal. Y es que, si soltamos a 5 gallinas en la sala, yo creo que hacen menos ruido que tres de las directoras, que horror. Era un duelo entre las tres para ver quién tenía más trabajo y más problemas con los clientes, ¡cómo gusta el drama en esta oficina! Luego comentaba con Marlain y Krin, pues era mi primera reunión de estas, y me decían que, cuando Michael las preside, no tiene nada que ver; nadie habla.

Menos mal que luego tenía otra con Tarek, que ha conseguido animarme. Ahora está de director de ventas en Souq (como un e-bay aquí) pero es al que yo sustituí en Carat, así que está bien puesto en el desastre interno que tenemos. Muy majo, nos ha traído “manakhesh” para desayunar y una guía con descuentos para un montón de restaurantes en Dubai. Estas cosas animan a cualquiera, ¿no?

He comido las albóndigas mientras seguía trabajando para ganar tiempo. Esta vez han salido riquísimas, no es por nada. Y es que, en vez de comprar la carne picada (que es malísima aquí en Dubai), he comprado mejor carne y la pico en casa con la Thermomix. Así me aseguro de que no tiene tanta grasa como la otra.

Después de comer tocaban las dos últimas reuniones del día. Primero con Roxie para discutir el briefing de Pringles para 2013. Y, para terminar, reunión de estatus, que ha sido eterna por la multitud de campañas que tienen los chicos de General Motors. Los pobres están desbordados y me piden cuentas a mí porque su jefe, que es nuevo, no les hace caso.

De camino a casa he flipado con el clima. Aunque por la mañana no se estaba mal, la tarde ha sido un infierno. El termómetro del coche marcaba 46 grados a las 5 de la tarde. Así que he preferido quedarme en casa con Miriam porque en el patio hará demasiado calor y en el pasillo del supermercado ponen el aire a toda pastilla. Hemos estado la mar de entretenidas. Nos hemos reído lo nuestro porque, como está hecha un loro de repetición, la tía ya cuenta algunos números con Lakshmi. Ella le dice “one” y, tan contenta, le contesta “two”. De momento sólo dice los tres primeros pares (two, four y six). Y, evidentemente, cuando a ella le da la gana.

También he aprovechado para sacar la pelota de pilates e inflarla, con la ayuda de Lakshmi. Según nos dijeron durante el anterior embarazo, sentarse y balancearse  es de gran ayuda para que la niña se coloque bien, que ahora mismo aún está de pie. Ahora me tocará cambiar el sofá por la pelota, a ver si conseguimos que se dé la vuelta.

Como todas las tardes, charlamos con los abuelos. Al principio no les ha hecho mucho caso pero se ha paralizado en frente de la pantalla en cuanto la abuela le ha enseñado un libro con caballos. Le encantan las “jacas”.

Y Osama ha llegado a tiempo hoy para bañarla, para disgusto de Lakshmi. Una vez acostada, hemos cenado nosotros una coca de verduras muy rica y a ver una peli tirados en el sofá. 

No hay comentarios: