miércoles, 12 de septiembre de 2012

Santo de Miriam


Sí, hoy es el santo de la pequeñaja aunque ella no se entera de nada, claro. Y se ha levantado con los pelos totalmente revolucionados.

En la oficina otro día sin parar, no veo la hora de que llegue el fin de semana. Por la mañana he charlado con Nick, que es nuestro Ejecutivo de Recursos Humanos. El pobre está flipando casi tanto como yo. Pero, viendo de qué pie cojean los jefes, hemos decidido coger nosotros el toro por los cuernos y darles las cosas hechas. Al parecer es lo que necesitan. Luego me ha tocado hacer lo mismo con Jafeef, el nuevo director de cuentas. Ese sí que esta alucinando en colores.

Me he comido mis lentejitas mientras terminaba la presentación de Avent. Kinga, la responsable de marketing de la marca, está a punto de tener su tercer hijo; sale de cuentas la semana que viene. Lo quiere dejar todo cerrado, lógicamente, así que la reunión ha sido rapidita. Nos han enseñado los nuevos biberones, que estarán en el mercado a partir de diciembre.

De allí me he ido directa a casa, aunque con el portátil porque me va a tocar currar esta tarde un poco. Pero lo primero es lo primero: llevarme a mi ratona a jugar al pasillo. Me he bajado un tubo de hacer pompas de jabón, que le flipan. Allí hemos estado las dos: yo haciéndole las pompas y ella corriendo para explotarlas con los dedines.

Como aún hace calor para estar en el patio de fuera, pues todos los niños están en el pasillo y hay un ruido insoportable. Imaginaos, todos corriendo y chillando, un horror.

Antes de subir a casa pasamos por el supermercado para comprar un par de cosas. Como siempre, la reina del súper. Sobre todo hay dos, Regina y Ponnab, que la quieren un montón. Vamos que las dos se han pasado el mes de agosto preguntándome cuando llegaba Miriam.

Ya en casa, hemos charlado con los abuelos que hoy estaban en casa de mi tía Mercedes, así que también hemos podido charlar con ella y con mi primo Fernando.

Después de acostarla, como Osama tampoco viene temprano hoy, me he puesto a currar yo también mientras veía la gran final del Junior Masterchef. Pero hoy no he llorado nada de nada, ¿eh? Eso sí, me ha dado penita por Jack, que ha quedado segundo frente a Isabella. Pero vaya postre que se han marcado los dos, increíble.

Y mañana, el ansiado jueves, qué ganas. 

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