Hoy es el último día de Nilesh en la
oficina. Le hemos organizado una comida de despedida sorpresa en un restaurante
indio que se llama Gazebo. Hanan, Leah y yo hemos tenido la genial idea de ir
andando, casi nos da un patatús. Para colmo, el aire acondicionado del
restaurante no funcionaba bien y, el tener la puerta abierta, pues tampoco
ayudaba mucho. Así que nos hemos pegado toda la comida suda que te suda. Luego
la aventura de pedir; todos los “no indios” teníamos la misma pregunta: “¿Que
podemos comer?” Menos mal que teníamos a Shakir, Sachin, Jafeef y Faisal para
ayudarnos. Aún así, yo he flipado cuando
me han traído mi plato. Pensaba que era pollo a la plancha con espinacas
salteadas con ajito. Pues no, era una crema de espinacas con muuuuuuuuuuucho
ajo y el pollo estaba cocinado en esa crema. Era comible pero telita con el
ajo. Luego dicen que en España lo usamos mucho; que prueben la cocina india.
De vuelta a la oficina, estamos decididas
a pillar un taxi pero no encontrábamos ninguno. Al final, andando en busca de
uno hemos terminado llegando a la oficina. Ahí es cuando creía que me iba a
desmayar en medio de la calle, ¡qué calor! Ha sido sentarnos en las sillas y
desfallecer. De hecho, hemos tenido una conference
call con Pringles y, literalmente, se nos han cerrado los ojos varios
minutos.
A última hora, que hoy me toca quedarme
tarde, tenemos el team meeting de
todos los meses, donde Michael anuncia las novedades que haya y quien ha sido
el “empleado del mes”, votado por nosotros. Esta vez se han unido las de agosto
y septiembre. Las porque son dos chicas: Didi, del equipo de investigación; y
Lini, la ayudante de Antonio, el director financiero. Sólo con aguantarle, ya
se merece un estar pedestal la pobre. Además
de eso, no ha contado nada interesante. Se han presentado los presupuestos para
2013 y en la oficina central, en Londres, no están muy contentos con los números.
Así que, por lo visto, viene una etapa de recortes importante. Si aplicara a
todos, tendría sentido, pero, para variar, no es así.
Yo me he largado pitando a casa, que
bastante tráfico me tengo que comer ahora. He tardado más de 45 minutos. Osama
ya estaba en casa, que hoy Lakshmi se va un poco antes.
Después de acostar a Miriam, un poco más
tarde que de costumbre para ver si amanece después de las 8, hemos cenado
tranquilamente mientras intentábamos buscar una peli. Intento fallido porque últimamente
la programación está fatal, no hay nada interesante. Yo, de todas formas,
termino muerta; ni pelis ni nada, caigo frita en el sofá. Además, tengo una tos
de viejo insoportable.
Ahora a disfrutar estos dos días que
tenemos por delante.
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