A las 2:45 me ha despertado Miriam
llorando, debía estar teniendo una pesadilla o algo. Menos mal que se ha vuelto
a dormir en seguida. Yo no he tenido la misma suerte; entre las nauseas (que
han vuelto) y la ardentía, me ha costado
lo mío coger el sueño. Así que toca empezar la semana cansadita.
De camino a la oficina, no sé porque, había
un tráfico infernal; he tardado más de 40 minutos en llegar. Todo el mundo que venía
de la misma zona que yo ha llegado tarde por el mismo problema.
No sé si será que es domingo, que estoy
agotada, cansada de decir las cosas y que nadie escuche; el caso es que no
tengo motivación ninguna en la oficina. Estoy empezando a delegar cosas en Leah
para que se vaya poniendo las pilas, porque yo, en cuanto me largue, no pienso
ni coger un teléfono ni contestar un correo. Es una baja no pagada.
Para seguir con el absurdo, no nos dejan
contratar al responsable de trafficking con más experiencia. Y eso que lo
necesitamos urgentemente porque tanto Nokia como General Motors tienen un último
trimestre de lo más movido. Pero no, es mejor contratar al que menos sabe
porque es más barato. Total, ya nos las apañaremos. ¿Cómo se puede estar
motivado con esta actitud?
Menos mal que aún nos quedan los ratitos
del almuerzo para echarnos unas risas. Hoy hemos ido a comer Krin, Kate,
Marlain y yo a una cafetería francesa cerca de la oficina. Las risas estaban
garantizadas con las historias de Krin, que este fin de semana ha ido a ver a
una que predice el futuro. Parece que el espera un año bastante bueno,
esperemos que así sea.
Por la tarde he ido con Miriam y Lakshmi
a llevar unos zapatos de la enana, que son de ante, a una especie de tintorería
especializada en bolsos y zapatos. Pero ha sido una total pérdida de tiempo
porque sólo pueden teñirlos, no limpiarlos. Así que vuelta a casa. Al menos,
hemos dado un paseíto. Pero Miriam está otra vez con mocos y, esta vez, notaba
que tenía fiebre.
Al llegar a casa, confirmado, tenía 38.5 la pobre. Y desde
las 18:30 me señala la cuna para que le de a “Mimi”, su osita, y a dormir. La
he aguantado hasta las 19:00 para bañarla y darle su cena preferida: sopa y
croquetas. Lo ha devorado todo y, de postre, un poquito de Dalsy para bajarle
la fiebre. Espero que mañana se levante mejor.
Osama sigue en la oficina y parece que va
para largo así que he cenado mis cereales mientras charlaba un rato con mi
hermano. Luego con mis padres y, antes de irme a dormir, chateo un ratillo con
Laura mi amiga, que está de vuelta en Venezuela.
Y ya no me da el cansancio para más, así
que termino de organizar la comida para mañana y a dormir.
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