miércoles, 19 de septiembre de 2012

Seguimos en lo absurdo


Bueno, ya estamos a miércoles, no queda nada para el fin de semana. En la oficina, más de lo mismo; seguimos intentando que Michael aterrice en el mundo real pero parece que no hay manera. Además, hoy ha llegado de muy mal humor. Como si me importara a estas alturas.

Por la tarde ha habido momento de crisis porque, después de una breve charla de Leah con Michael, le ha reafirmado que ella no se ocupa de nada de trafficking. Genial. Nilesh se va mañana  y no tiene a quién hacerle el traspaso de funciones. Y lo peor es que Rosheila, la única trafficker que tenemos ahora, se da dos semanas más y, si no mejora la cosa, también se larga.  En fin, yo ya he optado por no estresarme. Con suerte, me quedan 10 días, así que a dejarlo todo bien escrito y punto.

A mi hora, me largo a casa a por Miriam y Lakshmi. Hoy hemos ido a recoger unas camisas para mi padre, que las dejó en el sastre antes de irse. Y, de vuelta a casa, pasamos por el supermercado a comprar unas cosas que hacen falta. Me parto porque Miriam se cree que todos los ascensores llevan a casa. Como el súper tiene dos plantas, hay ascensor para poder subir con los carros. Pues, cuando hemos entrado, no paraba de decir “casa”. Y, al abrirse, se ha mosqueado porque no llegábamos a donde ella pensaba. Ni que fuera un teletransportador, jajajaa.
Llegamos a casa  a lo justo para el baño, la cena y a la cuna. Osama ha salido pronto así que Miriam estaba como loca. Ahora, cuando reza antes de dormir, va terminando las frases conmigo. Está hecha un loro parlanchín.

Hoy no ha hablado con los abuelos porque no estaban en casa; han llamado cuando se acababa de acostar. Mañana se van a Tarragona a la reunión familiar de todos los años, lo que llamamos Ravinada. Otra que me pierdo.

Y después de cenar nosotros y ponernos un rato al día, toca ir a dormir que ya no doy para más. 

No hay comentarios: