Bueno, empezamos el mes de julio, que fuerte. Y, aunque mi propósito original era tener trabajo para hoy, no me puedo quejar; empiezo el domingo.
Para aprovechar mi último día libre, me he levantado temprano para ir a encargar unas fundas de unos cojines e intentar encontrar a alguien que me haga un cabecero para nuestra cama.
Antes de salir, he salido a la terraza a regar las plantas. Era tal el calor que hacía, que me ha dado mucha pereza salir de casa. Sobre todo porque a los dos sitios que tengo que ir son de los más calurosos, en plena calle y sin aire acondicionado. ¡Qué comodones nos volvemos! ¿verdad?
Total, que me he quedado en casa, relajada y tranquila. He visto una película, chateado con mi hermano y mi amiga Tere, y escrito unos correos.
Ya por la tarde, he empezado a preparar cosillas para cenar, que vienen Ale y Carlos. Se ha unido Osama a ultimar las tapas y a las 9:15 llegaban los invitados.
Nos hemos puesto bien al día de estos dos últimos meses y nos han regalado dos velones preciosos, que ya están puestos en la mesa del comedor. A ver si terminamos de organizar la habitación de invitados y tenemos una casa como Dios manda.
A ver qué tal se da el fin de semana.
jueves, 1 de julio de 2010
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