miércoles, 27 de octubre de 2010

De visita al médico

Hoy tocaba consulta con el médico y, como Osama no ha podido acompañarme, pues me he llevado a mis padres. Así veían una ecografía por primera vez, que en mis tiempos no había.

Esta vez ha sido muy puntual y, además, como no había nadie esperando, pues ha aprovechado la visita de los abuelos para explayarse con la ecografía. Vamos, les ha enseñado hasta los dedos de los pies, toda una experiencia. Y, para despedirse, les ha puesto la cara de la niña en 3D, así que incluso se han atrevido a sacar parecidos, jajaja. Pero lo importante es que sigue todo bien y, esta vez, no me ha reñido ni metido miedo. A seguir haciendo vida tranquila pero la cosa va viento en popa. Gracias a Dios.

De ahí, hemos ido a comprar unas pashminas que le habían encargado a mi madre. No hay viaje que no se lleve algunas. Claro, los de la tienda a la que siempre vamos me tratan como una reina.

Tras pasar rápidamente por Ogilvy a recoger mi pasaporte, nos hemos ido al Dubai Mall, que habíamos quedado ahí con Osama. Nos ha salido que ni pintado porque nos hemos encontrado en el aparcamiento. Si lo planeamos, no nos sale. Sobre todo teniendo en cuenta que estamos en el mall más grande del mundo, con 5 o 6 accesos diferentes y 7 plantas de aparcamiento.

Antes de comer hemos hecho un par de recados: que si las chuches para los sobrinos, a Gap, que a mi sobrina Bibiana le encanta, unas copias de fotos de la boda, etc. Por supuesto, han caído un par de cosas que no buscaban; con tanta tienda, no hay quién se escape. Menos mal que a mí ya no me entra nada de ropa normal, sino también habría picado con algo.

Pensábamos comer en un argentino que, al parecer, está muy rico. Se llama Asado y está por esa zona. Pero nuestro gozo en un pozo porque sólo abren para cenar. Así que hemos terminado en otro sitio de carne que hay al lado, en el que hemos comido divinamente, la verdad.

Después, Osama y mi padre se han subido al Burj Khalifa, la torre más alta del mundo. Y mi madre y yo nos hemos quedado en una terraza tomando una limonada con menta, que tanto se bebe aquí y está tan rica.
Llegaron los dos encantados con la experiencia, y eso que había un poco de humedad y no se podía ver del todo bien. Por lo que muestran las fotos, debe ser bastante espectacular. Sólo se puede subir hasta la planta 124, que no está nada mal. Pero no sé a qué altura llegan en metros. Osama cronometró el ascensor y sólo ha tardado 60 segundos en subir hasta el observatorio. El caso es que a los dos les ha gustado mucho.

Nos hemos quedado ahí en la terracita esperando para ver la fuente, que todas las noches hacen un show de música con agua, muy chulo. Pero, viendo que eran las 18:15 y no había empezado (normalmente empieza a las 18:00), nos hemos vuelto a casa. Resulta que ha fallecido el jeque de Ras Al Khaima, uno de los siete Emiratos. Y, lógicamente, hay luto nacional de 3 días, así que el intuyo que hasta el sábado no habrá espectáculo de nuevo.

En casa, hemos descansado un ratito, que ese centro comercial acaba con cualquiera; nos ha dejado rotos.

Y por la noche hemos ido a cenar con los padres de Osama al paseo de JBR. Aunque aún estábamos llenos del almuerzo carnívoro, algo hemos picado y nos hemos vuelto a casa tempranito para poder descansar.

Mañana toca excursión a Abu Dhabi.

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