Ya hemos terminado con el primer mes del 2012.
En la oficina hemos empezado el día con la revisión
de Wissam. No ha terminado demasiado contento; yo lo achaco a su inmadurez, que
no le deja ver ciertas cosas y pensar, sobre todo, en oportunidades de futuro.
Pero poco a poco creo que lo terminará viendo.
A mediodía nos hemos ido todos a comer al Lime Tree;
nos encanta. Y es que esta semana tenemos aquí a Shariff, que es el nuevo
planificador digital en Arabia Saudí. Le estamos poniendo al día de procesos de
trabajo, clientes, etc.
Al salir de la oficina, he ido directa a Carrefour a
comprar un calentador para nuestro cuarto. Aunque el tiempo ya está mejorando,
nuestra habitación sigue siendo una nevera. Además, por 10 euros tampoco me voy
a arruinar; incluso si sólo lo usamos una semana. Ya lo tenemos guardado para
el año que viene.
De vuelta a casa me ha pillado todo el tráfico del
mundo, así que no me ha dado tiempo a bajar al patio con Miriam. Pero sí que
hemos estado en su cuarto jugando y luego hemos hablado con los abuelos un
rato. Sigue dando sus tres pasitos pero no se atreve a nada más. Tampoco hay
prisa.
Osama está a tope en la oficina y ha llegado tarde.
Lo que más pena le da al pobre es no ver a la terremoto despierta. Pero
ya queda menos para el fin de semana.
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