martes, 22 de junio de 2010

De recados

Hoy me he levantado un poco más tarde, que tocaba descansar después de ayer. Primero, la rutina mañanera: desayuno, ducha y charla con mis padres. Chatear he chateado poquito porque tenía que ir a pagar la última factura de la luz del piso de Osama.

El sistema de asignación de números estaba estropeado, así que tenían a un chico indio repartiendo trocitos de papel; menos mecánico. Como era de esperar, no he conseguido terminar del todo porque me hace falta una autorización de Osama. Letra que he escrito nada más llegar a casa, pero ya volveré mañana.

He comido como mi hermano, delante del ordenador, mientras charlábamos tan contentos sobre su subida de sueldo. Luego se ha unido mi madre también.

Por la tarde no iba a hacer nada porque hace una humedad de no poder ni respirar. El típico día en que las gafas se te empañan nada más salir del edificio, un horror. Y se quedan así durante un minuto.
Osama ha llegado pronto de trabajar y, mientras veía el partido de Francia, yo he quedado con Ale para tomar algo y contarnos de este último mes.

Al llegar, hemos pedido una pizza y veíamos ganar de nuevo a Argentina. Francia ya va de vuelta a casa y esperando resolver esas peleas internas. Los franceses están avergonzados de su selección, al menos los de Dubai.

Esto es lo que ha dado se sí el día. Mañana más.

No hay comentarios: