España en cuartos, olé

Bueno, menudo día el de hoy. Me he levantado temprano, que tenía que hacer varias cosas hoy. Digo tenía, porque no he podido hacerlo todo.

Primero, a correos, a enviar una sorpresilla a mi tío Eduardo. Y ahí me he quedado porque mi coche ha decidido no volver a arrancar, una faena. Sobre todo, teniendo en cuenta que estaba en un descampado de arena, a 42 grados y no sé qué nivel de humedad, pero muy alto. Vamos, no he sudado más en toda mi vida. Parecía, literalmente, que me acababa de salir de la ducha, un horror. No sabía ni qué pasaba ni qué hacer, así que he llamado a Osama. Ha venido a recogerme y comprobar que era la batería, había decidido morir allí mismo.

Me ha dejado en casa y he ido a comprar lo más urgente que necesitaba para hoy, que vienen nuestros amigos a ver el partido.

Ya en casa, me he dado la gran ducha y a comer, que el calor me ha dejado muerta.

Luego poco he podido hacer porque no tenía coche y andando estaba claro que no iba a ir a ningún sitio. Así que me he puesto a ver una película, tranquilamente.

Por la tarde, ha llegado Osama con una sorpresa: ya estaba arreglado el coche. Sin decirme nada, había ido a cargarlo, luego a comprarle la batería nueva y, por si fuera poco, a llenármelo de gasolina. Vaya marido que tengo, ¿eh?

Luego hemos estado preparando unas tapillas para el partido. La primera en llegar ha sido Begoña, que normalmente llega tarde, jeje. Al fina, hemos vuelto a ser unos 10, de lo más animado. En el descanso, que aún estábamos nerviosos, le hemos sacado unas tartas a Jad, que fue su cumpleaños el domingo.
Ya la segunda parte la hemos disfrutado mucho, sobre todo con el gol de Villa. Ahora sí que han jugado bien. Próxima cita: sábado contra Paraguay. Esperamos que jueguen igual de bien.

Y tenemos nuestra primera invitada en casa, Bego se ha quedado a dormir. No es plan de irse hasta Abu Dhabi a las 2 de la mañana.