He amanecido muy temprano, para seguir organizando la casa, en especial la segunda habitación y el cuarto de la lavadora. He conseguido meter las maletas donde estaban antes. Eso sí, tirando unas cuantas cajas a la basura, que no sé para qué queríamos tantas.
Luego he estado limpiando la terraza, que la mesa y las sillas estaban blancas de tanta arena.
He comido un poco de pasta mientras chateaba con Tere, que ha sido un diálogo de besugos. A ver si luego la llamo y terminamos de aclararnos.
He ido a Carrefour a comprar unas cuantas cosillas, que el viernes vemos el partido en casa con unos amigos. Espero que consigan pasar a octavos.
Antes de irnos al mall, he recibido la oferta final de Ogilvy y preguntado algunas últimas dudas. Con todas las dudas resueltas, ahora me tocará ver durante el fin de semana qué hago.
Y, después de ver que Italia se vuelve a su casa, muy fuerte, nos hemos ido al cine a ver Karate Kid. A mí, la verdad, me ha gustado más que la original. El niño tiene mucha gracia, lo hace muy bien.
No hay nada como ir al cine para desconectar y empezar el fin de semana como nuevos.
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