Vaya nochecita que se ha pegado la enana
de la casa. De 00:30 a 02:45 tenía una juerga montada en su cuna: carcajadas a
todo trapo, canturreos, balbuceo, etc. Empiezo a creer en la película de Toy Story. Debe ser que su osito se
vuelve humano después de medianoche. Porque eso es todo lo que tiene en la
cuna. He ido una vez a su cuarto para decirle que estas son horas de dormir y
me ha recibido de pie y con una sonrisa de oreja a oreja, como si fueran las 9
de la mañana vamos. Casi me da algo. Como es normal, he estado todo el día sin
levantar cabeza, ¡qué sueño Dios mío!
En la oficina nada que destacar, la misma
pelea de todos los días. Ahora nos ha tocado con un soporte, Baby Center, que
no hay forma de que nos contesten a los correos y la campaña para Avent tendría
que haber estado online el viernes pasado.
Luis ha vuelto después de 3 semanas de
baja porque el pobre tenía sarampión. Lo ha debido pasar bastante mal el pobre.
He comido con Rita, que hacía tiempo que
queríamos quedar pero no lo conseguíamos. Es una compañera peruana, así que podemos
desconectar un poco del inglés y cotillear bien a gusto en español.
Hoy en la guardería tenían visita de un
grupo de percusionistas con sus tambores. Creo que la loca de la colina lo ha
pasado en grande. Y este jueves nos han dicho que tienen sesión de piscina,
habrá que verla, con lo que le gusta el agua.
Por la tarde ya me ha entrado el sueño de
verdad, no podía aguantar los ojos abiertos. Menos mal que a las 16:15 ya me
largo a casa.
He bajado con Miriam al patio, que hoy no
se estaba demasiado mal. Allí ha estado jugando con Margarita, una niña
portuguesa de dos años. Su padre me comentaba que llegaron en enero y, el
pobre, no daba crédito cuando le decía que este tiempo es primavera para lo que
nos espera en un par de meses. Creo que lo he dejado deprimido para el resto de
la tarde.
A las 18:30 ya nos hemos subido, que
Miriam está reventada, no me extraña. Charlamos un rato con mis padres desde
casa de tía Blanca y directa al baño, que hoy llega a la cuna derrapando.
Ha cenado un par de croquetas, que le
vuelven loca, su biberón y al sobre. Nosotros hemos cenado detrás y, aunque son
las 21:15, me voy a dormir, que no puedo con mi alma.
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