jueves, 24 de mayo de 2012

Reencuentro con Gonzalo


Nada, seguimos despertándonos por las noches. Esta semana no ha tenido guardería ni domingo ni lunes porque tienen vacaciones de mitad de semestre. Un invento inglés de estos para no currar; y luego nos critican a los españoles por vagos, tiene narices.

Siento no seguir escribiendo tan frecuentemente pero es que esta semana no tengo ni fuerzas ni motivación. Físicamente, estoy hecha polvo con eso de no dormir la noche seguida desde hace 10 días. Y en la oficina sigo estando muy harta de ciertas cosas y politiqueos. Cada día se hacen las cosas peor. Ellos sabrán lo que hacen.

En fin, centrémonos en el jueves. Cómo estaré de dormida hoy que me he dejado la cartera en casa, una faena. Le he tenido que pedir prestados 50 dhs a Mahmoud para poder comer. Pero lo peor es que, al salir de la oficina, pretendía ir directa al Dubai Mall a comprar unas cosas que me hacen falta.

Por la mañana he recibido un correo que me ha alegrado el día. Gonzalo, un antiguo compañero de Madrid, está en Dubai y hemos quedado esta tarde para vernos, después de unos buenos 6-7 años. Me hace mucha ilusión.

Hemos tenido reunión con Pizza Hut y menos mal que iba con Chris, que ha pagado los taxis, jeje.

He bajado a comer con Roxie, que hacía tiempo que nos queríamos poner al día. Estos dos últimos días están siendo un pelín más frescos porque tenemos tormenta de arena. En vez de los 44 estamos a unos 36, no está mal.

A las 4 en punto me he largado a casa. Al final no voy a ir al mall porque estoy que me caigo, no puedo con mi alma. Aprovechando que Osama también llega pronto hoy, me quedo en casa descansando. A Miriam mejor no la bajamos porque no creo que la tormenta de arena le venga bien para la tos, lo que le faltaba.

Tampoco es que haya descansado mucho porque a las 18:30 iba camino del Dubai Mall para quedar con Gonzalo. Venía con un amigo y compañero suyo, Pablo. Nos hemos tomado un zumo en Mor Café mientras les contaba cosas curiosas de Dubai y comentábamos de la madre patria y del maravilloso sector en el que trabajamos.

Los he dejado en la entrada del Burj Khalifa, que habían quedado con el resto del grupo, y me he vuelto a casa volando. El tiempo de cenar algo e irme volando a la cama.

A ver qué nos depara el fin de semana. 

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