Ley de Murphy: cuando ya estaba Miriam lista y yo a punto de ponerme el bañador,
nos han cancelado la clase de natación. Louis, la profesora, se ha levantado
con la espalda hecha polvo y sin poder moverse. En vista de lo cual, otra vez
nos vamos a la playa.
Hoy ha sido más divertido aún porque
hemos pescado un cangrejito y se lo hemos metido en su cubo. Como no le tiene
miedo a nada y es cabezota hasta morir, no ha parado hasta que no lo ha cogido
con sus propias manos. Claro, se ha llevado una picadura en el dedo gordo,
jajaja. Ya no quería nada con el cangrejo; del susto que se ha llevado.
De vuelta a casa, hemos parado en un
restaurante que también vende comida gourmet para comprarle unas salchichas a Osama,
que le encantan. Así tiene su cena especial previa al examen.
Hoy si que he descansado después de
comer. La enana ha amanecido a las 4:30, igual que yo. Hemos dormido como
campeonas. Yo, cuando he visto la hora, no me lo podía ni creer. Es que la
playa deja cansado a cualquiera, ¿verdad? También hay que tener en cuenta que
llevo tres días con un resfriado de aúpa; lo que me faltaba.
El resto de la tarde hemos ido al Dubai
Mall a dar una vuelta. Le hemos comprado un mono de pana finita rojo monísimo. Y
es que me alucina que todas las tiendas estén con ropa de invierno puro, cuando
aquí, hasta enero, no hace fresco.
Y ya a casa, una vez acostada Miriam,
Osama por fin ya deja de estudiar para despejarse de cara a mañana. Han cenado
las salchichas con una ensalada y vemos “Guerra de novias” para que mi madre se
eche unas risas.
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