jueves, 3 de julio de 2008

Hablando con Iñigo

Anoche soñé con mi amiga María Mora, su marido y sus cuatro hijos, aunque sólo tiene 3. Ya le he puesto uno más de propina. Vivían en el piso de en frente y estábamos todo el día de casa en casa. Ya nos gustaría, ¿verdad Mary?

Esta mañana ha habido polémica con el Manakhes. Joe ha decicido encargar por su cuenta para él y para mi. Yo pensaba que el resto no quería porque iban a un evento a mediodía; una presentación de un especial para Ramadán. Total que, cuando ha llegado el desayuno, han venido a nuestro despacho como fieras, jajaja. Resulta que mi estimado compañero no había preguntado a nadie. Todos los jueves se preocupan siempre de encargar para él, aunque no esté en la oficina.

Hoy es el último día de Houda, que se va ya de vacaciones más baja maternal. Hasta dentro de tres meses no vuelve, ¡qué envidia! Aunque, claro, yo prefiero el mismo período pero sin embarazo, jajaja.

Malas noticias: nuestras plantas están contaminadas. Hay unos bichitos blancos que están por todas las ramas. La mía no está tan mal pero la de Joe está fatal. Yo ya se los he quitado todos, espero que no se hayan reproducido.

Por la tarde, me ha llamado Emilie desde París, ¡qué mona! Se ha adelantado porque yo pensaba llamarla esta noche para ponernos al día. El jueves nos tenemos que ver fijo.

En la conference call semanal de Credit Suisse con el equipo de Londres me han estado dando la enhorabuena por la Eurocopa, muy graciosas. Pero luego se han reído cuando les he dicho que este domingo Nadal ganará Wimbledon. Las ilusas de ellas piensan lo contrario, ya lo veremos.

Antes de salir de la oficina, me he vuelto a picar con Joe. Me fastidia que ejerza de jefe cuando no lo es y que crea que sabe más que nadie. Pero me da igual, no merece la pena enfadarse. Yo sigo a lo mío y, además, es fin de semana.

He ido al Mall a cenar con Jeremy, Margarita, Osama, Maan, Omar y Getto. Margarita se va mañana dos meses de vacaciones, como debe ser, y hemos ido a despedirnos de ella.

Desde allí, he hablado con mis padres y con Iñigo, que había ido a mi casa a verme por el ordenador, qué penita. Mercedes, su hermana, me ha estado contando más sobre Eugenia, el nuevo miembro de la familia. Pero él pasa olímpicamente de su hermana, sólo me ha preguntado por el caballo que le tengo que llevar de Dubai, ¡qué tío!

Después, hemos pasado a tomar algo por Momo, un restaurante con zona para fumar shisha que es muy agradable. Estaba llenísimo. Con esto de que las terrazas empiezan a estar cerradas, cualquier sitio con aire acondicionado está valoradísimo.

Y a las 12 a casa, cual cenicienta.

1 comentario:

Belen dijo...

No te lo vas a creer pero el lunes me encontré con la Mora y los ¡3! niños en Carrefour: ¿será que somos brujas?