jueves, 15 de septiembre de 2011

¡Jueves!

Con este nuevo horario que llevo, se me pasa la semana volando, menos mal. Eso sí, los jueves me cuesta la misma vida levantarme, después de toda la semana madrugando.

En la oficina, hemos pasado el día de reunión en reunión, y eso que yo me he saltado una. También nos ha tocado pelearnos un poco con Yahoo por la campaña de Avent. Al final, hemos quedado empatados: un error ha sido culpa nuestra y otro de ellos. Lo importante es que ya están resueltos y todo casi listo para empezar el domingo.

He llegado a casa corriendo para cambiarme, cambiar a Miriam e irnos a la piscina. Allí estaba su amigo Youssef, un niño indio de unos 7 años muy gracioso. En cuanto llegamos, deja de jugar con sus hermanos, Lubna y Mohammed, para jugar con Miriam. La pasea en su super flotador y ella como loca, claro, no para de reírse y dar patadas en el agua. Lo mejor es que no deja ni acercarse a sus hermanos porque dice que son muy malos, jaja. La verdad, no le falta razón, sobre todo por Mohammed, que es un trasto.

Después del baño, termina agotada de tanto pataleo y se duerme su siestecilla de rigor. Como no le dejo dormir más de media hora, siempre me toca despertarla y me da una pena tremenda. Menos mal que tiene muy buen despertar y, a los dos minutos, ya está en el suelo reptando como una serpiente. Osama se ha unido después de trabajar y nos hemos quedado en el jardín un rato con Elena y su hijo Miguel.

Esta tarde no toca hablar con los "ciber-abuelos", como los llamo yo. Aún están de camino a Madrid.

Miriam ha caído redonda en la cuna, como de costumbre, y nosotros hemos terminado de ver la peli que empezamos ayer.

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