lunes, 26 de septiembre de 2011

Visita al primer colegio

Esta mañana se me han hecho eternos los 20 km que debe haber de mi casa a la oficina. La buena noticia es que Osama descubrió ayer un carril nuevo para evitar el peaje que tenemos nada más salir de casa.


Parece que por fin vamos a tener el video de Avent en Yahoo, ya era hora. Sólo nos ha costado dos semanas. Ahora nos toca luchar con la agencia creativa de Disney, que vaya tela también.


A la hora de comer me he escapado a ver uno de los colegios para Miriam. La verdad es que me ha gustado mucho. Y, en caso de decidirnos por éste, tenemos que formalizar la solicitud este jueves, menudo estrés.


Después de comer una ensalada rápida delante de la pantalla, hemos tenido reunión con Effective Measure, una de las plataformas para medir la audiencia de las páginas web.


A las 16:15 me he ido pitando a casa a recoger a Miriam para ir un ratito a la playa. Hoy hemos descubierto una un poco más cerca de casa y en la que no hay ni un alma. Pero lo mejor de todo es que, como es tan pequeña, hay que andar muy poco para meterse en el agua. No es que yo sea demasiado floja pero cargar con una niña de 7 kilos y medio por mitad de la arena, tiene su cosa, ¿eh? Así que, a partir de ahora, iremos a esa. 


El resto de la tarde hemos estado debajo de casa con el resto de los niños y charlando con Elena sobre el tema de los colegios. Ambas estamos flipando en colores. 


Mientras charlábamos con los abuelos por Skype, Miriam se ha puesto en pie por primera vez. Gatea hasta llegar a su padre y, zas, se agarra a su camiseta para incorporarse. Así que, inmediatamente, le hemos subido los barrotes de la cuna para que no nos la encontremos en el suelo un día de estos. 


Le hemos tenido que adelantar el baño de lo reventada que estaba y no me extraña pues no para un segundo. Y ha vuelto a quedarse frita mientras terminaba el biberón. 

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