Pues eso, hoy mi cuñada cumple 22 años. La
muy ilusa quería a Miriam como regalo. Creo que a los dos días nos la hubiera
devuelto, jeje. Aún así, le hemos dado un trípode muy moderno para su nueva
cámara. Creo que le ha hecho la misma ilusión.
Hemos comido allí en Sharjah y,
sorprendentemente, Miriam no ha llorado al dormir la siesta. Normalmente monta
un pollo tremendo porque no se quiere quedar sola en el cuarto de sus abuelos.
Debe ser que está madurando, jeje.
El resto de la tarde, nos hemos ido a
Safa Park, que habíamos quedado allí con Neda, Alex y Elías. Nos ha costado
unos 30 minutos encontrarnos porque Neda no se orienta muy bien. A su vez, Alex
la había perdido la pista. Al final nos hemos encontrado cerca del lago y hemos
dado un paseíto. El pobre Elías ha empezado a entender lo pesadas que somos las
chicas. Y es que Miriam, con lo terremoto que es, iba dando gritos de alegría
cuando su padre la perseguía. A Elías le debía dar bastante miedo pues lloraba
cada vez que la histérica gritaba, jajaja.
Al llegar a casa, hemos charlado con el
padrino, pero sin verle. No sé qué pasa con su cámara pero no ha habido forma.
Una vez acostada Miriam, que ha caído
roque en la cuna como siempre, hemos cenado un sándwich y visto Resacón en Las
Vegas II. Cierto eso de que segundas partes nunca fueron buenas pues no es tan
divertida como la primera. Pero, al menos, hemos pasado el rato.
Y a dormir, que mañana a ver a qué hora
amanecemos.
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