Vaya semanita estamos teniendo. Todos los
clientes se van de vacaciones y quieren dejar todo listo antes de irse. Pero
sólo se les ocurren las cosas a última hora. En fin, ya nos queda menos.
Por la mañana hemos tenido reunión con un
proveedor para ir perfilando la estrategia que tenemos que presentar el martes
a Philips. Creo que puede quedar muy chulo, a ver si sale y qué sale, que con
Philips nunca se sabe.
Como parte de la presentación hemos
estado viendo una campana que el cliente nos ha pedido analizar. No creo que
deba decir la marca. El caso es que, aunque ellos piensan que funcionó muy
bien, los datos muestran que fue un desastre de lanzamiento. Así que estamos
contentísimos.
Por la tarde hemos ido a una reunión en
Philips para recibir briefing de electrodomésticos. Ha sido un poco pérdida de
tiempo para nosotros pues, como siempre, digital no es una opción para la
mayoría de las campañas. Sólo quieren utilizar Buscadores para un par de
lanzamientos.
De ahí me he ido directa a casa a recoger
a Miriam e irnos al Dubai Mall, que tenía que comprar el regalo del amigo
invisible. He estado dando vueltas como una tonta porque no tenía ni idea de
qué comprarle. Al final me he decidido por una miniatura de Ferrari. Total, a
los hombres le encantan estas cosas y, sinceramente, con 10 euros de
presupuesto, tampoco tengo muchas opciones.
He intentado que Miriam se durmiera un
ratito pero no ha habido forma; no sé de dónde sacará la energía pues ha
dormido sólo una hora de siesta.
Se ha unido Osama al salir de trabajar y
aprovechamos que hay rebajas en Massimo Dutti para comprarse unos pantalones.
Yo he visto varias cosas pero, como estoy medio tonta, me da remordimientos.
Ya en casa hemos intentado hablar con los
abuelos pero no hemos conseguido ponernos de acuerdo. Cuando yo llamaba ellos
no estaban y, cuando han llamado ellos, estábamos con el baño y el biberón. Y
es que hoy se ha caído de boca en su cuarto, pobre. Sólo se ha dado en el
labio, pero ya se suma al cansancio y se pone muy tontina. Ahora me cuesta la
misma vida ponerle el pijama, qué niña. No para de darse la vuelta y querer
gatear por todo el cuarto en pelotillas. En cuanto ha terminado el biberón, se
ha quedado frita. Y, al pasarle el dedo por las encías, he notado los dos
dientes de abajo. Aún no se le ven pero ya están empujando hacia arriba. Menos
mal que, aunque un bicho, es más buena que el pan.
Yo sigo con mi herpes en el labio de
arriba. Ya se está secando pero aún es incómodo comer ciertas cosas, así que he
cenado un yogur y punto. Hemos visto “La boda de mi mejor amigo”, que están las
risas garantizadas. Y a dormir, que mañana me levanto más tarde, bieeeeeeen.
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