miércoles, 7 de diciembre de 2011

Miriam ya tiene guardería


Aunque hoy entro más tarde, me he levantado a la misma hora. Y es que hemos aprovechado para apuntar a Miriam en la guardería. Teníamos dos opciones pero la que más nos gustaba sólo admitía niños a partir de año y medio. Por suerte, hemos llamado primero para ver si habían cambiado y, a partir de enero, admiten a niños de 12 meses, así que genial. Nos han dado una vuelta por las instalaciones y no veo la hora de que entre, se lo va a pasar pipa. Así que a partir del 22 de abril irá todas las mañanas de 8 a 12:30.

Osama me ha dejado en las oficinas de un cliente con el que tenemos reunión Marlain y yo a las 9. Como aún era pronto, he parado en la cafetería de abajo a desayunar con calma, que ya me toca correr el resto del día.

La reunión ha ido muy bien. El pobre cliente no entiende ni jota de digital, le he tenido que explicar lo más básico y vamos a organizarle un curso intensivo para que, al menos, entienda un poco más cuando le hablamos.

A lo tonto, he vuelto a la oficina a las 12:00, con el tiempo justo para terminar una cosa y comer algo rápido delante del ordenador. A las 14:30 hemos salido para la otra reunión del día. Esta vez con Kellogg’s. Tienen a una nueva directora de marketing y le tenemos que poner al día de los medios en la región. Sólo con TV hemos estado dos horas. Como siempre, no ha dado tiempo a presentar nada de digital, así que ha sido una pérdida de tiempo para mí. Menos mal que Mahmoud al final no ha venido. Con todo lo que tiene encima el pobre, lo que le falta es perder 4 horas.

He vuelto a casa en metro, que hoy no he cogido el coche. La verdad es que ha sido rápido. Sobre todo porque en la entrada de casa siempre hay un tráfico horrible. Es una pena que no tenga el metro cerca de la oficina.

Osama tiene cena esta noche con su departamento, así que yo he seguido un rato con el jersey de Miriam mientras tenía de fondo la segunda parte de Bridget Jones.

De verdad, que aún estemos a miércoles…

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