Aunque hoy entro más tarde, me he
levantado a la misma hora. Y es que hemos aprovechado para apuntar a Miriam en
la guardería. Teníamos dos opciones pero la que más nos gustaba sólo admitía niños
a partir de año y medio. Por suerte, hemos llamado primero para ver si habían
cambiado y, a partir de enero, admiten a niños de 12 meses, así que genial. Nos
han dado una vuelta por las instalaciones y no veo la hora de que entre, se lo
va a pasar pipa. Así que a partir del 22 de abril irá todas las mañanas de 8 a
12:30.
Osama me ha dejado en las oficinas de un
cliente con el que tenemos reunión Marlain y yo a las 9. Como aún era pronto,
he parado en la cafetería de abajo a desayunar con calma, que ya me toca correr
el resto del día.
La reunión ha ido muy bien. El pobre
cliente no entiende ni jota de digital, le he tenido que explicar lo más básico
y vamos a organizarle un curso intensivo para que, al menos, entienda un poco
más cuando le hablamos.
A lo tonto, he vuelto a la oficina a las
12:00, con el tiempo justo para terminar una cosa y comer algo rápido delante
del ordenador. A las 14:30 hemos salido para la otra reunión del día. Esta vez
con Kellogg’s. Tienen a una nueva directora de marketing y le tenemos que poner
al día de los medios en la región. Sólo con TV hemos estado dos horas. Como
siempre, no ha dado tiempo a presentar nada de digital, así que ha sido una
pérdida de tiempo para mí. Menos mal que Mahmoud al final no ha venido. Con
todo lo que tiene encima el pobre, lo que le falta es perder 4 horas.
He vuelto a casa en metro, que hoy no he
cogido el coche. La verdad es que ha sido rápido. Sobre todo porque en la
entrada de casa siempre hay un tráfico horrible. Es una pena que no tenga el
metro cerca de la oficina.
Osama tiene cena esta noche con su
departamento, así que yo he seguido un rato con el jersey de Miriam mientras
tenía de fondo la segunda parte de Bridget Jones.
De verdad, que aún estemos a miércoles…
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