miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cumpleaños de Emilie

Anoche me volví a despertar con una juerguecilla del vecino. Le mandé un mensaje para que, por favor, parara, pero ni caso. Luego, a media mañana, me ha contestado pidiendo perdón y explicando que había sido su cumpleaños. Al final, me he sentido hasta culpable.

Pues sí, hoy es el cumpleaños de mi roomie. Pero no lo podemos celebrar con ella porque está en Tailandia, mejor que todos nosotros. Eso sí, me he estado acordando de ella toda la mañana porque, torpe de mí, le reservé el hotel pero no lo pagamos. Así que he estado mandando fax y hablando con el banco para que autorizaran el pago con mi tarjeta, aunque no fuera yo la huésped en el hotel. Menos mal que se ha solucionado y ha podido disfrutar de su merecido regalo de cumpleaños.

El resto del día ha estado tranquilo. Entre informe e informe, he estado recopilando información de Malaysia, que nos vamos mañana de madrugada, no veo la hora.

Por la tarde, justo una hora antes de irnos, ha saltado la alarma. La de Davidoff quería cancelar la campaña, que ya estaba lista para empezar el próximo martes. El problema es que no tenemos mucho margen de maniobra porque las vacaciones de Eid Al Adha empiezan mañana para todo el mundo. Los únicos pringados que trabajamos somos nosotros, aún no sabemos porqué.

Joe y Ángel se han tenido que ir a ver al cliente para hacer lo imposible por salvarla. Por lo que me ha contado Joe luego por teléfono, lo han conseguido. Mañana nos tocará revisar las creatividades con el equipo, que trabajarán en los banners toda la noche.

Como se habían llevado mi ordenador a la reunión, pues me he ido al mall a intentar cambiar nuestros dirhams por dinero de Malaysia, riggits. Pero no ha habido forma, nadie tiene suficientes. Espero que mañana en el aeropuerto estén más preparados.

Estaba el mall como una feria, lleno de gente. Lo que más me ha impactado es ver aun grupito de críos, no tenían más de 13 años seguro, con sus blackberry o iPhone. Tiene delito el consumismo de este país. En fin, ellos sabrán.

Le he comprado una cajita de bombones a mi vecino por su cumpleaños. También le he dicho que puede hacer cuando ruido quiera en los próximos 4 días. Pero, a partir del lunes, a comportarse de nuevo.

Ya en casa, he charlado un ratillo con mis padres y con mi prima Marta, que sigue en el banco de la paciencia.

Antes de dormir he preparado un poco la maleta, ya la terminaré mañana.

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