domingo, 21 de marzo de 2010

Ángela nos visita de nuevo

La misma vida me ha costado levantarme, no podía con mi alma. Hay que tener en cuenta el cambio horario, que en España son las 4:30 de la mañana cuando me he puesto en planta.

Al llegar a la oficina, buenas noticias. Me ha llamado Ángela dándome la sorpresa: ya está en Dubai. La pobre llegó anoche pero no pudo localizarme; cuando me llamó el viernes yo aún estaba volando.

En el trabajo bien, con un par de campañas aprobadas y, como no podía ser de otra manera, Chanel sigue como lo dejé. Parece que uno de los dos proyectos está a punto de aprobarse, esperemos que sea así.

He estado con Ángel viendo lo de las invitaciones. El pobre está con un resfriado tremendo. Salma también lleva una semana arrastrándolo. Debe ser el cambio de tiempo.

A mediodía he bajado a comer con Osama y Jad a La Moda. Pero los domingos ya no hay bufet, como antes. Debe ser que no era rentable.

Por la tarde, nos hemos merendado unas alpisteras que he traído yo de Jerez. Estaba todo el mundo encantado. Aunque, eso sí, han llegado un poquito rotas. No pasa nada, están igual de ricas.

A las 18:15 he salido corriendo para recoger a Ángela en su hotel. La pobre se ha debido intoxicar con algo en Malaysia y viene con el estómago regular; está incluso con antibióticos.

Hemos cenado en casita un poquito de jamón, una cremita de zanahoria y ella con su arroz blanco.

En cuanto se ha tomado el antibiótico, se ha metido en la cama la pobre, estaba destrozada. Yo he intentado hablar con mis padres pero deben seguir en el campo aún, así que también me he ido a dormir prontito.

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