martes, 23 de marzo de 2010

Cenando con Matías

Hoy ya he estado recibiendo las propuestas de viaje para Vietnam. Tiene todo muy buena pinta, estoy deseando montarme en el avión, ¡qué ganas! Sólo hay que perfilarlo un poquito y cerrarlo. Esperemos que lo consigamos este fin de semana.

A mediodía había quedado en comer con Claudine, pero al final la he dejado plantada, pobre. Me he ido a llevar a Ángela al aeropuerto, que bastante poco la he visto esta vez, pobre.

De vuelta en la oficina, no me ha costado mucho aparcar esta vez, menos mal. Eso sí, lo he tenido que dejar en el de pago y bajar a las dos horas a cambiar el papelito.

La tarde ha estado de lo más entretenida. Tenemos una campaña de Air France y aún estamos esperando el último formato. Además, hemos estado respondiendo a las típicas preguntas del cliente.

He salido flechada a recoger a Matías, que está por trabajo aquí. Pensaba llevarle al club de golf pero, para variar, he terminado cogiendo la salida que no era y hemos terminado en el Heritage Village, que tampoco está mal. Es que esa zona no la controlo nada. Creo que lo he dejado alucinado con la cantidad de infracciones que he cometido, jeje. Es que con estas obras no hay quien se aclare.

Después de dejarle en su hotel, también con alguna que otra vuelta extra, me he ido directa a casa a hablar con mis padres, que aún no había hablado con ellos desde que he llegado; estábamos al día por los chateos matutinos con mi madre.

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