miércoles, 15 de julio de 2009

Historia de una camiseta

Al llegar a la oficina, Houda tenía montado un concierto en su despacho ella solita; se había puesto música a toda pastilla y ella cantaba de fondo. A su costa, nos hemos echado unas risas. Esta mujer siempre tiene las pilas cargadas, es alucinante.

El resto del día ha estado tranquilito, sin demasiado que contar. A mediodía se ha acercado Osama a comer; Carlos y Joe se han unido y hemos vuelto al Circle después de mucho tiempo.

Por la tarde he estado terminando una propuesta de esas interminables para dejarla enviada mañana.

Esta noche tenía una cena para despedir a Jeremy. Digo tenía porque, al final, iba a ser yo la única chica, así que he preferido dejar a los chicos a su aire. También vamos a verle el fin de semana, incluso le llevaremos al aeropuerto el sábado.

Me he ido a casa de Emilie, que ya tiene cerrado su viaje a Nepal. De cabeza me iba con ella si no tuviera tantas cosas que hacer este fin de semana. Ya vendrá otro puente.

De vuelta a casa, he charlado un ratito con mis padres antes de dormir.

Hoy nos ha llegado de nuevo el código de conducta de Emiratos, después de la última aventura. Toda la historia tiene por culpable esta camiseta diseñada por Marc Jacobs.


Raffi, un chico libanés que trabajaba precisamente para el distribuidor de este diseñador en el Medio Oriente, se compró esta camiseta en Nueva York; por supuesto aquí en Dubai no la venden. Un buen día dedició ponérsela y acercarse a una panadería-pastelería cerca de su casa. Allí había un emiratí al que le pareció indecente el uso de semejante prenda y le llamó la atención. Nada se sabe de la reacción del chico, cosa que, desgraciadamente, pinta y mucho a la hora de sentenciar; especialmente si te estás enfrentando a un local, que siempre siempre siempre llevan la razón. El caso es que Raffi fue a cambiarse a su casa y, al volver, se encontró con la policía esperándole. La sentencia es la siguiente: un mes de prisión y deportado a su país. Tendrá vetada la entrada en Emiratos. ¿Es exagerada la pena? Por supuesto que sí pero también opino que, con 5 años que llevaba residiendo en Dubai, debería estar al tanto de cómo funcionan aquí las cosas. Sobre todo, si la camiseta no está en venta aquí por algo será. Y el enfrentamiento con un local todos sabemos cómo termina.
Raffi ya está fuera de prisión y de vuelta en Beirut.

En fin, que así se las gastan aquí en Dubai. Como yo siempre digo, el sentido común que parece que no es tan común ya.

Buenas noches.

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