Ya queda menos

Bueno, ya estamos a miércoles, poco a poco van pasando los días. A ver si, por lo menos, llega ya el jueves por la noche.

En la oficina, poco que contar. Cada vez me cuesta más concentrarme. Además, tampoco tengo demasiado que hacer.

He ido a comer con Bego al japonés al lado de su oficina. He vuelto jurando en arameo que no vuelvo a salir de la oficina a mediodía hasta mediados de octubre, ¡qué calor! y, peor aún, ¡qué humedad!

Por la tarde, he estado terminando la presentación de mañana, una campaña en Google y una propuesta de última hora.

He salido directa a casa a darme una ducha en condiciones; con este calor, hay que darse unas cuantas al día ya.

Y luego a Ibn Battuta que había quedado allí con Emilie para hacernos las manos y los pies. Nos faltaba Laura para completar el trío. De hecho teníamos la silla de al lado vacía, como a modo de tributo, jeje.

De ahí a cenar algo con Maan y Osama y a casa. Claro que antes nos hemos llevado un pequeño disgusto, una multita a modo de despedida. Y eso que en toda la calle no especificaba que no se pudiera aparcar. En fin.

En casa ni he encendido el ordenador, estaba muerta. Ya tengo las maletas listas, ¡mañana nos vamos!