Menuda semanita me espera, en cuestión
laboral. Yo pensaba que iba a poder terminar las presentaciones de Mattel con
calma, pero va a ser que no. Hay otros dos clientes pidiendo un par de planes
urgentes. A ver si llega el día en el que soy yo la cliente, jeje.
Hoy he comido con Claudine, que hacía
tiempo que no la veía y en tres semanas se van a vivir a Australia, así que
tenemos que aprovechar ahora. La voy a echar mucho de menos.
A pesar de que tengo cosas que terminar,
me tengo que ir a mi hora porque me toca hacer la mega compra; no tenemos de
nada. Además, quiero dejar cosas preparadas y congeladas para cuando vengan mis
padres y hermano. A ver si consigo que
mi madre no trabaje, aunque lo veo difícil, conociéndola. Pero, al menos, que
trabaje lo menos posible.
Osama ha dejado su coche en revisión pero
se ha venido en metro a ayudarme con la compra. Allí nos hemos encontrado con
Graciela, otra a la que no vemos desde hace un montón. A ver si este finde
hacemos algo con las niñas.
De vuelta a casa ha sido un no parar
porque, por fin, vamos a llevarnos comida a la oficina. Así que he preparado un
arroz con pollo y verduras para mañana. De cena, un pescado al horno y, como es
el cumpleaños de Lakshmi, le hemos traído unas tartaletas para celebrar. Estaba
la pobre disgustada porque sus hijos no se habían acordado. Pero lego ya ha
hablado con ellos y estaba mejor.
La cabra loca de Miriam iba a sus anchas
por la casa; venía a verme a la cocina de vez en cuando y, mientras se ve
reflejada en el horno, se dice a sí misma: “paaaapa, paaaapa” (guapa). Se ve
que tiene la autoestima muy alta, muy bien. Ya veis que, aunque le hablamos en
tres idiomas (yo en español, su padre en árabe y Lakshmi en inglés), sus
primeras palabras están siendo en español; muy orgullosa que estoy J Veremos cuando empiece la guardería en abril, si no cambia.
Después de cenar, hemos visto un trozo de
Casino Royale y a la cama.
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