Después de tanto correr anoche preparando
la comida para hoy, voy y me la dejo en casa; hay que ser tonta, ¿verdad? No,
si al final mi madre va a tener razón, jeje. Lo peor es que me he dado cuenta a
mitad de camino, que ya no iba a darme la vuelta.
En la oficina, nada que destacar;
corriendo de un lado a otro e intentando terminar cosas. Julia no ha venido
porque está mala, como media ciudad. Debe ser el cambio de tiempo tan loco.
Me he ido directa a casa para
recoger a Miriam e ir a Waitrose, otro
supermercado, para comprar unas cuantas cosas que no encontré ayer. Como
Lakshmi me ha dicho que no ha dormido bien la siesta, ya me esperaba que estaría
bastante tontona. Después del súper, hemos pasado por Neck & Neck que la
acaban de abrir en Dubai Mall. Espero que no pase como con Gocco, que cerró por
no ser rentable. Y es que no hay muchos sitios donde encontrar ropa clásica y a
buen precio.
Ya en casa, hemos entretenido a la enana
como hemos podido porque está reventada. Incluso la charla con los abuelos ha
sido un rollo. Es graciosa porque, en cuanto me ve abrir el baño, ya se le
quitan todas las tonterías; sabe poco bien lo que le viene, que es precisamente
lo que quiere. Así que, en cuanto ha terminado el biberón, ha empezado a decir
adiós y a la cama.
Osama ha llegado tarde y mañana se va a
Omán por trabajo. Va y vuelve en el día, menos mal.
Y a dormir, que ya pasamos la mitad de la
semana.
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