El tiempo pasa volando y hoy es el último
día de Tomás. Así que, para desayunar, le he preparado unos churros con
chocolate. Por supuesto, Miriam se ha comido su churro también. Ella todo lo
prueba, cualquiera la deja detrás, con esos dos dientes y medio que tiene.
Después, nos hemos ido al zoco a comprar
las típicas mantas y pashminas que todo el mundo encarga desde España. Como siempre
voy a la misma tienda, nos atienden de maravilla. Incluso le han regalado un
bolsito a Miriam, que iba loca de contenta con él.
A Osama lo dejamos en casa, que nos está
preparando una comidita bien rica: pimientos al horno rellenos de cuscus y
ensalada de quinoa con atún.
Hoy no nos ha dado tiempo ni a descansar
un poco después de esa súper comilona. Mi madre y yo nos hemos ido directas al
hotel donde teníamos el masaje reservado. Es nuestro regalo de Reyes y creo que
acabo de crear en mi madre una adicción a los SPAs, jajaja. Hemos estado la mar
de tranquilas las dos, relajadas a tope.
Lo malo es que se vuelve a la cruda
realidad demasiado pronto, de camino a casa, jajaja. Como Miriam ha dormido
poquísima siesta, la hemos acostado antes de tiempo, que estaba muerta.
Para cenar, nos hemos tomado un surtido
de salchichas alemanas y a dormir pronto que mañana toca madrugón serio. Que penita que se vaya mi hermano.
2 comentarios:
Que tal? ya veo que el bombon de niña que tienes sigue genial. Me encantó es un autentico regalo.
Nosotros ya en casa una vez resueltos los temas en Madrid satisfactoriamente. Un Beso.CHARI
Muchas gracias Chari. Me alegro de que todo fuera bien. A ver si volveis pronto por aquí. Besos
Publicar un comentario