Por fin estoy de vuelta. No es que no lo
haya pasado bien pero tenía muchas ganas de ver a mis padres y mi hermano, que
llegaron el viernes por la noche.
El viaje ha sido agotador porque no hemos
parado ni salido del hotel en tres días, sin exagerar. El martes, cuando
llegamos, fui con nuestros amigos Jeremy y Margarita a dar una vuelta en coche
y cenar. Luego ya no volví a salir hasta el viernes por la noche, que fuimos a
cenar después de tanto encierro.Eso sí, me he vuelto con dos regalos para Miriam que me dieron las chicas de Fisher-Price.
En cuestión de trabajo, ha sido un poco
más productivo de lo que me esperaba pero con lo que me quedo es con haber
pasado más tiempo con mis compañeros, a los que he terminado conociendo mejor. Y
es que cada uno somos de una nacionalidad, así que hay mucho que aprender de
cada una. Roxie es filipina, Patty de Indonesia y casada con un holandés,
Daniel es inglés pero de origen irlandés, Swami es indio, Krin es griega pero
crecida en Australia y yo española. La del mostrador de facturación del
aeropuerto de Atenas flipaba en colores con la mezcla.
Anoche aterrizamos a las 21:15 y vinieron
Osama y mi hermano Tomás a recogerme. De camino
a casa pedimos unas pizzas. Y, nada más llegar, me acerqué a ver a
Miriam, que ya estaba en el quinto sueño, claro.
Así que lo primero que he hecho esta mañana
ha sido sacarla de la cuna y darle un montón de besos. La he notado como un
poco más mayor y un poco más delgadita, ha debido estirar.
Y hoy cumple un año, cómo pasa el tiempo.
Hemos tenido una pequeña merienda en casa con tres amigas que tienen niños. Ha
venido Belén con su hija Julia, Neda y Alex con Elías, y Graciela con Cristina.
También han venido Ángel y Shaikha. Además de no enterarse de nada, pues es muy
pequeña aún, estaba medio enfadada porque no salía de paseo. Se la ha tenido
que llevar Lakshmi abajo 10 minutos antes de que hubiera llegado nadie. Y es
que se iba ella solita para la puerta de la calle y, por si acaso no lo
habíamos pillado, se volvía hacia su sillita de paseo e intentaba montarse,
jajaja.
Ni ha intentado soplar la vela, miraba la
tarta como si no fuera con ella. Pero luego ha estado encantada con media
magdalena, como loca. Eso sí, ha terminado el día reventada, ha
caído en la cuna sin chistar.
Nosotros nos hemos quedado charlando un
rato hasta que se han ido todos. Luego hemos cenado un trocito de tarta y yo me
he ido a dormir pronto que también he terminado muerta.
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