domingo, 5 de febrero de 2012

Sin miedo a nada


Otra semana que empieza con el despertador a las 6 de la mañana, ¡qué sueño!

En la oficina, nada que destacar, mucho trabajo pero llevadero. Hemos ido a comer con Salma, antigua compañera de Mahmoud en otra agencia y que ahora está en uno de los soportes que utilizamos; nos está ayudando muchísimo con Avent. Es gracioso porque yo la entrevisté hace unos 3 años para Media Contacts. Pero a Mr. Joe no le gustó; qué raro.

Por la tarde me he ido volando a casa para recoger a Miriam y bajarnos al patio. Osama, aunque tenía fiesta hoy, ha tenido que ir a la oficina pero ha vuelto a la misma hora que yo así que nos bajamos los tres. Le seguimos llevando el corre-pasillos pero, como va de sobrada ya, pues no lo quiere. Eso sí, nos tenemos que andar con mil ojos porque se va directa a una fuente que hay; le encanta. Allá que va, como robocop, sin parar de decir: “aba, aba, aba”

Con tanta caminata, termina destrozada claro. No hemos podido hablar con los abuelos porque nos ha pillado la hora del baño. Y ahora, tan agotada que está, no perdona ni medio minuto. Se ha terminado el biberón en un pis pas y directa al sobre.

Nosotros casi que vamos detrás que, de tanto perseguirla por abajo, terminamos igual de cansados. Además, Osama está aún medio malo con la garganta. 

No hay comentarios: