viernes, 15 de mayo de 2009

Ya estamos aquí

Hemos amanecido a las 8:00 para así poder salir temprano y aprovechar bien el día. Primero hemos ido a desayunar con Ban. Como es viernes y Abu Dhabi es más local que Dubai, están las cafeterías cerradas. Así que hemos terminado en una gasolinera. He de decir, que aquí son estilo americanas; tienen de todo.

Después hemos puesto rumbo al punto de embarque para coger el barquito que nos lleva a la isla. Teníamos reservado el de las 12:45. Según el GPS se Osama, "la china", eran unas 3 horas de camino. Hemos ido un poco más rápido de la cuenta para no perderlo. No sólo hemos llegado a tiempo, sino una hora y 15 minutos antes. Por suerte, había otro a las 11:45 y quedaban plazas. En vista de lo cual, hemos llegado una hora antes.

En la sala de espera, mientras llegaba la hora de embarcar en el barquito, mirábamos el mapa de la isla y exploramos las distintas actividades que ofrecen.

Al llegar a la isla, nos explican que se trata de un ecosistema y que, para mantenerlo, plantan un árbol por cada persona que llega de visita.

Un paseíto en bus hacia el hotel, que está a 20 minutos. Por el camino ya hemos visto muchos animales: gacelas pequeñitas y muchos pavo reales.

Nada más llegar, nos han recibido con un té fresquito unos dátiles buenísimos. Mientras, nos hacían el registro para las habitaciones.

Lo primero, después de instalarnos, ha sido reservar las actividades, por si acaso hay problemas de sitio: a las 4:30 vamos a ver los animales y mañana kayaking.

Después, hemos ido a comer en la piscina, darnos un baño con calma y tomar un poquito el sol antes de irnos de safari.

Durante el safari nos han explicado cómo surgió este parque natural. La isla, evidentemente, existía ya, ésta no es artificial. Pertenecía a la familia real de Abu Dhabi. Sheik Zayed, el fundador del país, construyó un palacete allí y empezó el proyecto. Se han plantado más de 3 millones de árboles y empezó a traer animales de diferentes zonas de África. También mantuvo las especies que ya existían, principalmente gacelas y antílopes árabes. Hace 5 años, se abrió al público y fue cuando se construyó el hotel, que sólo tiene 64 habitaciones.

Primera parada: a ver los huevos de avestruz. Lo que más impacta es ver lo fuerte que es por fuera. La guía nos animaba a montarnos encima, que no se rompían. Luego hemos visto tres avestruces.

En las siguientes paradas hemos visto el resto: muchísimas gacelas, antílopes árabes y africanos, y, por último, las jirafas. Tienen 40 en total y acaban de nacer 3, que tienen sólo 3 semanas. Hemos podido darles de comer unas ramas, era la única forma de que se acercaran. Dejo unas fotos.






Hemos vuelto al hotel a lo justo porque e 15 minutos teníamos un masaje en el SPA, hay que cuidarse. Ya que estamos aquí, ¿no?
Como siempre, son tailandesas, que Dios les conserve las manos. Nos han dado un masaje aromático estupendo. Nos hemos quedado como nuevos.
Luego hemos ido a cenar. Había una barbacoa de marisco alrededor de la piscina pero hemos preferido otro restaurante, tenía mejor pinta. Para terminar, en la terracita una shisha mientras oíamos las olas del mar, un gustazo.
Y a dormir.

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