domingo, 30 de agosto de 2009

Mallorca-Xerez

No es que yo me haya vuelto una fanática del fútbol sólo porque mi equipo local ha subido a primera división, es que Carlos es el que me ha puesto al día esta mañana. De hecho, teníamos intención de quedar a verlo pero no creo que ninguna de las cadenas lo emitan, no es lo suficientemente atractivo.

Hoy ha vuelto Georges de vacaciones, que era el último que quedaba por venir. Por fin hemos empezado a organizar la estrategia para Chanel, que se presenta el 8 de septiembre; está a la vuelta de la esquina.

A la hora de comer hemos pedido en Vapiano, una pasta con vegetales que tenía buena pinta. Digo tenía porque ha terminado en desastre. Primero, ha llegado con una salsa espesa que gritaba nata por los cuatro costados. El repartidor se pone chulo y me dice que viene especificado en el menú. Carlos lo comprueba y va a buscar al tipo al ascensor para decirle que, como nosotros defendíamos, no está especificada la salsa así que se la lleva para traerla ocn tomate simplemente. Luego ha resultado que el plato no valía un duro porque los tallarines estaban tan hechos que era como una masa. Lección aprendida: no se pide pasta de Vapiano.

Nuestro querido becario parece que va pillando el ritmo, menos mal.

He salido prontito, aprovechando el horario de Ramadán.

Primero he pasado por casa de Osama a coser el dobladillo de las cortinas, que no conseguía acordarme nunca.

Luego hemos ido a cenar con Javi a Noodle House, en Madinat Jumeirah. Se come muy bien pero los asientos, que son bancos, es lo más incómodo del mundo. Nos hemos estado poniendo al día de las vacaciones.

Y poco más, me he ido prontito a casa, a leer un ratito y a dormir. Mañana será otro día.

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