miércoles, 21 de abril de 2010

Adios a Samaranch

Después de la noche de ayer, hoy he llegado a la oficina a las 10 de la mañana; necesitaba descansar.

Joe ya había llegado a la oficina, después de unas mini vacaciones en Líbano.

Fatih ha venido hoy también aunque creo que no va a poder hacer mucho el pobres. Porque en el ordenador en el que está sentado, no tiene acceso completo a Internet. Muchas de las páginas están restringidas, incluyendo nuestro Ad Server, así que poco podrá hacer.

Antes de comer, nos ha llegado un correo desde la oficina de Londres felicitándonos por la estrategia que preparamos para Kia. Al parecer, es la mejor de entre todos los mercados. Bueno, al menos ha merecido la pena el esfuerzo. Ahora sólo esperamos que podamos implementar la campaña. En online, aún no hemos visto un centavo de esta cuenta.

He bajado a comer con Claudine, que necesitamos desahogarnos mutuamente. Al menos, compartimos experiencias.

Nada más subir, leía en las noticias que Samaranch había muerto. El deporte olímpico se queda huérfano.

El resto de la tarde, he estado terminando la presentación para Faces, aunque yo no seré la que presente, sino Joe. Únicamente pasaré a despedirme.

También he hablado con Mike, de Air France, para decirle que me voy. Porque si tengo que esperar a que se comunique oficialmente, voy lista. Aquí importa todo bastante poco.

Antes de irme, Joe me ha dicho que no podrá venir a la boda, algo que ya me imaginaba. Está bastante frustado porque no se incorpora nadie. Yo lo siento, pero no puedo creerme que no haya nadie en el mercado. Me consta que los hay, ahora, ¿por qué no quieren venir? Tengo una ligera idea.

He pasado por Ibn Battuta a comprar unas cosillas para una idea que se nos ha ocurrido, espero que guste.

Antes de ir a casa, he pasado a ver a Emilie, que ya tiene su billete hasta Jerez, ¡qué ilusión!

Ya en casa, me conecto para hablar con mis padres y mi prima Miryam, que estaba en casa. Mientras, calentaba una cremita de calabaza para cenar, riquísima.

Luego hemos llamado a Tere y Fede, que llevamos intentándolo toda la semana. Y ya antes de dormir, a mi tías Rosario y Mercedes, aunque con la última no he tenido suerte.

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