Directamente, nos hemos bajado a comer con Nuria. Nos ha dado por ser aventureros y sentarnos en la terraza; yo pensaba que me iba a evaporar. ¡Qué calor! Es que ya estamos rozando los 40 a mediodía, poca broma. Creo que nos podemos ir olvidando de la terraza. Aún nos queda un mesecito para disfrutarla por la noche pero poco más.
Por la tarde, he estado cruzándomes unos correos con la de personal, menudo follón es dar de baja a un empleado, ¿por qué complicarán tanto las cosas? Hemos intentado que mantengan mi visado de residente hasta que vuelva a mediados de junio, y así, si todo va bien, sólo hay que traspasarlo a mi próximo empleo. Pues no, no les da la gana. En vista de lo cual, mañana mismo tengo que ir a Abu Dhabi a toda prisa. En fin, cosas que nunca se entienden.
He salido flechada a recoger a Osama y a Emilie, que teníamos que estar a las 20:30 en punto en Sho Cho's; lo sé, el local en español suena fatal.
Resulta que Xavier, el marido de Cecile, le ha preparado una fiesta sorpresa por su cumpleaños. La verdad es que se ha llevado una sorpresa gordísima, no entendía nada, la pobre. Nos lo hemos pasado muy bien, aun que nosotros no nos hemos quedado a la cena porque ya eran las 22:30 y mañana toca madrugón de narices.
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