lunes, 13 de octubre de 2008

Despidiendo a Banjo

Hoy vuelta a la oficina después de la aventura de ayer. Pero ya estoy mucho mejor. Ahora sólo tengo que seguir con la dieta blanda.

En la oficina, muy majos todos, me preguntaban que cómo estaba, si había mejorado y que seguía teniendo mala cara.

El día ha estado más o menos tranquilo, aunque a media tarde, como siempre, se ha complicado un poco. Hemos tenido reunión interna con Georges y Didier para ver cómo va el plan de Credit Suisse para el año que viene. Por nuestro lado, está bastante claro.

A mediodía me he ido a casa a comer una sopita y una tortilla francesa. Lo de comer fuera lo dejo de lado un ratillo que no me fío del todo.

Luego ha venido Banjo, director de Euro, a despedirse. Se vuelve a India, su país natal. La verdad es que se le veía animado pero, a la vez, tristón. No me extraña. A mí también me ha dado mucha penita. Es muy bueno y, además, muy simpático.

Por la tarde, he pasado a hacer algo de compra, que no tengo ni un triste yogur en la nevera. He encontrado, por primera vez, jamón de york. Con esto de que aquí no comen cerdo, no es tan fácil encontrarlo.

Lo del tráfico en Dubai empieza a ponerme de mala uva. Para acceder a Marina, la zona en la que yo vivo, sólo hay dos accesos porque uno está cerrado por obras, qué raro. Y, para colmo, uno de ellos tiene sólo un carril abierto, por las malditas obras. Así que, por las tardes, se monta la marimorena.

En vista de lo cual, cuando he llegado a casa, me he dado un baño de los que hacía años que no me daba. Luego he hablado con mis padres un rato, que vienen ya la semana que viene.

Y limpiar un poco la casa, cenar jamón de york y a dormir.

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