lunes, 27 de octubre de 2008

Solita otra vez

Esta mañana, cuando ha sonado el despertador, he creído que era una broma. Lástima, pero no, era realidad. El primer pensamiento era calcular cuánto quedaba para el fín de semana, jajaja.

Ha sido un día más bien tranquilito; leyendo los correos y contestando a lo más urgente. Para variar, algo de Credit Suisse, que de nuevo cambian las creatividades, qué locura.

Por la tarde he hablado con mis padres y hermano, que ya habían llegado a Madrid. En contra de lo previsto, han aterrizado antes de la hora, increíble ¿verdad? Tomás se queda allí y los otros seguían a Jerez.

He salido tempranito para darle un flete bueno a mi casita, que este fín de semana, con la visita, no he hecho la limpieza de rigor. Así que he echado la tarde de maruja, poniendo lavadora y limpiando sin parar. Eso sí, lo he dejado como una patena. Menos la terraza, que ya no tenía ganas.

Me he conectado a Skype para poder charlar un rato con mi amiga Ana, ¡qué ilusión! También estaban Alfonso y María, unos amigos de Pamplona, pero estaban charlando con una amiga de su hija. A ver si los pillo otro día.

Y he empezado a hacerle a Ignacio su capuchón para cuando vaya a España en invierno. Aquí como que no lo va a usar mucho.

Y tempranito a la cama, a descansar. Mañana me espera un día más duro.

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