miércoles, 22 de octubre de 2008

Ya están aquí

Menuda nochecita me ha dado el imbécil de mi vecino. A las 3 de la mañana tenía de nuevo montada una juerga que no era ni medio normal. Vamos que no me he vuelto a dormir hasta las 7, media hora antes de sonar el despertador. Como siempre, si le doy golpes en la pared, pone la música más fuerte y, encima, da palmadas para jalear más. Por eso, ni me atrevo a llamarle a la puerta para pedirle que baje la música. Osama me ha dicho que esta tarde me va a acompañar para hablar con él y decirle que, es el último aviso; a la próxima vez que monte otro sarao similar, se llama a la Policía directamente.

En la oficina debía llevar un careto interesante porque me lo han comentado un par de compañeros. He estado aguantando lo mejor que podía y a base de cafés. Lo bueno es que he podido adelantar un montón de cosas para así poder salir temprano.

Tenemos reunión con Mango mamañana y a Houda se le ha ocurrido la genial idea de ir con camisetas de la tienda, que han ido a comprar esta tarde. Como dice Joe: "Y si lleváramos Rolex, ¿nos comprarían uno también?" Jajaja.

A las 18:30 he puesto rumbo a casa para ver si podía dormir un poco antes de ir a recoger a mis padres al aeropuerto. Mala suerte porque no he podido pegar ojo. Era una mezcla de puro agotamiento y nervios porque llegara la hora.

Hemos ido a intentar hablar con el de la juerga pero no estaba en su casa, para variar. Sólo hace vida nocturna.

En vista de lo cual, hemos ido a cenar algo y hacer tiempo hasta que llegara la hora de irme al aeropuerto.

Menos mal que les contraté el servicio de bienvenida porque estaba el aeropuerto llenísimo. Lo bueno de esto es que no hacen cola en el control de pasaporte, que esta hora es mortal. Y, además, me los traen directamente al punto de encuentro, no tengo que esperarles en la calle. También incluye un chaval que te lleva las maletas y te las carga en el coche, al más puro estilo Dubai.

De camino a casa, les he ido explicando lo que íbamos viendo. Están alucinados con la cantidad de torres que hay y eso que es de noche y algunas están camufladas, jajaja.

Les he dejado en el hotel, otra sorpresa. Mamá pensaba que íbamos a dormir como los gitanos. Se han quedado muy contentos y deshaciendo maletas.

Alucino con la cantidad de cosas que me han traído, luego iré llamando a todos para daros las gracias. Entre los que traía Tomás y los de ellos, me he vuelto a casa con las manos llenas. GRACIAS.

Y Tomás y yo nos hemos ido a mi casita a dormir, que a lo tonto son casi las 3 de la mañana. Menos val que el fin de semana está a la vuelta de la esquina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTUPENDO, DALES LA BIENVENIDA Y DISFRUTA DE SU ESTANCIA. UN BESO. CHARI