jueves, 29 de enero de 2009

Andando a la oficina

Primero, responder a los dos comentarios de ayer. Fernando, el fín de semana en Dubai es viernes y sábado; sí, los domingos trabajamos. Al principio cuesta hacerse pero luego es sólo un cambio de chip. Al final, los sábados por la tarde son igual de tristes que los domingos españoles, jeje. Y Belén, las cucarachas son las mujeres locales, que van tapadas de negro totalmente.

Bueno, esto es lo que podía ver esta mañana desde mi ventana: nada.



La niebla no se ha terminado de despejar hasta las 12 del mediodía, tremendo. De hecho he aprovechado para irme andando a la oficina. Hoy he ido un poquito más tarde y pasaba de perder 10 minutos buscando aparcamiento. Así me daba un paseito mañanero muy agradable.
Todo el día he estado con una campaña de buscadores para Air France. Llevo toda la mañana "viajando" por todos los destinos con Google Airlines, jajaja. Cuando se lo contaba a Joe, no podía parar de reírse.
A mediodía he ido a ver un piso con Carlos y Ale, que les ha encantado. No es para menos porque es muy grande, bien proporcionado, sin obras cercanas y amueblado. A ver si consiguen quedárselo, que están deseando instalarse, normal. Yo aún me acuerdo de las ganas que tenía de terminar con los trámites y tener vida normal.
Por la tarde he seguido con los viajes virtuales. La versión árabe la he dejado para el domingo porque ya no podía más.
El cliente YSL me ha mandado una bolsa de regalo con 4 perfumes y un set de Elle (perfume y crema hidratante) No está nada mal, ¿eh? A Joe sólo le han mandado uno y estaba un poco mosca, jajaja.
Al salir de la oficina, venía la parte graciosa: no me acordaba que había venido andando y me daba una pereza coger el camino que me moría. Ha venido Osama a recogerme en coche e incorporarnos a la cena con sus padres y hermanas en un italiano de JBR.
No podíamos acceder en coche, no sabíamos qué pasaba pero estaba la policía cerrando el paso. Luego hemos descubierto que era porque había una especie de cabalgata. Digo especie porque, en realidad, eran unas 40 ó 50 personas con zancos y las caras pintadas pero, eso sí, muy poco entusiasmo. Uns y yo no podíamos parar de reírnos.
Después de un café tranquilo en Le Pan Quotidian, a casa a charlar con mis padres, un chateo con mi hermano y otro muy cortito con Belén.
Mi vecino ha tenido cena en su casa pero, gracias a Dios, parece que se han largado a seguir la fiesta en otro sitio. No estoy yo hoy para tonterías, me puede el cansancio.

No hay comentarios: