¡Feliz Año Nuevo!

Ya estoy otra vez en el desierto. Después de las vacaciones tan estupendas que me he pegado en Jerez, vuelta a la vida laboral, ¡qué pena de ser pobre!

El primer día, como siempre, con bastante pereza y lleno de marrones. Además, esta semana estoy sola, que Joe sigue de vacaciones. Así que será movidita.

Desde la oficina de Arabia Saudí nos llega una propuesta urgente, que tengo que entregar mañana por la tarde. No está mal para aterrizar, ¿no?

Ayer al llegar, había una mínima esperanza de tener el domingo libre. El jeque de Umm Al Quwain (otro de los 7 emiratos) falleció el viernes en Londres. Se han declarado 3 días de luto y algunas oficinas no trabajaban hoy. Llamé a varios compañeros para confirmar que nosotros seguíamos con toda normalidad. Sabiendo cómo funcionan las cosas aquí, era mejor asegurarse.

Como novedades, el centro comercial de al lado de mi casa ya está abierto: Dubai Marina Mall. Pero vamos, al estilo Dubai, es decir, un 25% de las tiendas abiertas. Ya lo investigaré el fin de semana. Lo que realmente me interesa es que tenga un supermercado en condiciones, me vendría genial.

He salido de la oficina cerca de las 8 y directa a hacer la compra, que no tengo nada en la nevera. Con mi nuevo plan financiero, me he propuesto comer más en casa y así no gastar tanto. Ahora seré más rata que nunca, jajaja

Y luego he estado cenando con Ban y Osama en su casa, unas hamburguesas con ensalada. Como dice mi madre, no me he roto mucho el coco, pero es que ya era tarde. De hecho, iba a pasar a ver a Emilie pero, como había llegado esta mañana, se ha ido a dormir prontísimo, que estaba rota.

Yo a las 22:15 ya estaba dando cabezadas también, así que a casa a dormir, que mañana me espera otro día duro.