lunes, 12 de enero de 2009

En casa

No me he levantado mejor, así que me he vuelto a quedar en casa. Otro día aburrido, aunque gracias a las charlitas con mi madre, ha sido un poco más entretenido.

Flipando en colores me he quedado con lo que me ha pasado esta mañana. Anoche soñé con una amiga mía, María. Me levanté diciendo que le enviaría un mensaje al móvil. Pues se ha adelantado ella, muy fuerte. Me ha escrito para decirme que el miércoles viene a Dubai. Espero que, con la agenda tan apretada que tiene, pueda verla un ratín al menos.

He terminado un par de informes de trabajo. Uno para la oficina de Londres, que me han intentado volver loca por un error suyo, lo que me faltaba. Nada como reenviar un mail para callarles un poquito la boca.

A mediodía me he hecho un poquito de pasta con aceite de oliva, muy sano. Aprovechando que tenía hambre, ya era hora. Debe ser señal de estar eliminando los malditos antibióticos. Gracias a las nuevas tecnologías, he comido con mi madre, jeje.

He estado chateando con mucha gente: mi hermano, Tere, Sue (que me ha dado un par de consejos muy buenos), Joe (pobre, está preocupado) y mi prima Lola, que ya ha vuelto de sus vacaciones en Gambia.

El resto del día ha estado tranquilo. Osama ha venido por la tarde a verme y me ha traído un montón de cosas sanas para comer.

También he cocinado un pollo para mañana, a seguir con el plan ahorro y sano.

Luego he estado hablando por fín con mi amiga Blanca, que me ha estado poniendo al día de sus cambios. Y, después de darle las buenas noches a mi madre, me he ido a dormir.

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