Menuda tardecita

Como Lakshmi estaba en casa, he aprovechado para dormir un poco más. Especialmente porque Miriam se está despertando varias veces por la noche llorando. No sé si serán los dientes o pesadillas o qué, pero como mínimo se despierta un par de veces.

Osama ha empezado a correr por las mañanas, como parte de su régimen.

Hemos comido en casa tranquilamente, incluso yo he dormido un ratito de siesta, qué bien sienta, se me había olvidado.

Por la tarde hemos ido al parque de Umm Suqeim, que nos ha encantado. Tiene muchos columpios y una zona enorme con arena para jugar. Se supone que es sólo para los residentes de la zona pero nadie nos ha pedido nada para entrar. De todas formas, sólo hemos estado una media hora. Luego hemos ido al Mall of the Emirates a tomar algo rápido con Graciela. La pobre había ido a recoger un reloj y se lo han devuelto con una esfera totalmente distinta. Es alucinante lo informales que son aquí para estas cosas. El de la tienda no asumía ninguna responsabilidad, es más, decía que el reloj era así originalmente, que Graciela no le puede enseñar una foto para probar lo contrario. Hay que tocarse los pies vamos. Sobre todo porque no hablamos de un Swatch, donde por cierto, tienen mejor servicio. Manda narices.

Miriam ha estado insoportable toda la tarde, lloriqueando sin parar y sin querer estar en la silla. Ya no creo que sean los dientes, creo que empieza a saber demasiado. De todas formas, por si acaso, le he comprado en la farmacia un gel que alivia el dolor de encías. Pero ni aún así.

De vuelta a casa, ha estado la mar de contenta en su cuarto jugando. Hemos hablado de nuevo con mis padres y con tía Blanca, que hacía tiempo que no la veía.

Y, otra vez, ha caído redonda mientras tomaba el biberón. Esperemos que esta noche no se despierte.

Antes de irnos a la cama, hemos visto Novia a la fuga, con Julia Roberts y Richard Gere.

Y se acabó lo que se daba, mañana de vuelta a la oficina. Osama sigue disfrutando pues se ha cogido estos dos días de vacaciones.