jueves, 3 de noviembre de 2011

Nos vamos de puente


Llegó el jueves. Y este es uno de los más deseados del año. En la oficina estamos todos más relajados pero, al mismo tiempo, queriendo dejar todo terminado antes de irnos 5 días de vacaciones.

A media mañana nos hemos reunido todos cerca de la cocina para hacernos una foto de equipo, que hay que incluirla en un concurso que se está preparando a nivel global.  

El resto del día he estado terminando un plan para Kellogg’s Special K, que presentamos esta tarde.

Antes de ir a la reunión Mahmoud ha encontrado un billete muy barato para ir a su casa, en Jordania. El pobre no se atrevía a pedir las vacaciones porque, según la política de la empresa, hay que avisar con dos meses de antelación. Cuando le he dicho que no pasa nada, que se las aprobaría, casi se pone a llorar de la emoción. Incluso me ha mandado un correo para agradecérmelo, es un trozo de pan. Da gusto trabajar con gente así, de verdad.

De camino a las oficinas de Kellogg’s, Roxie se ha venido conmigo en el coche. Me encanta charlar con ella porque es la que más tiempo lleva en la empresa y es una profesional como la copa de un pino. Además, tiene un niño de dos años y, como somos las únicas madres de la oficina, pues intercambiamos opiniones sobre cómo llevar las dos cosas.

En la reunión todo bien. Tanya, que es la responsable de las diferentes marcas de Kellogg’s, es un encanto. El tipo de cliente que todo el mundo quiere tener, pues es amable, considerada pero sin dejar de tener la autoridad. Es responsable, trabajadora y está siempre pendiente de todo. Y, antes de irnos, nos ha dado una caja de cereales a cada uno. Son especiales porque no están a la venta aquí. Creo que los traen de Francia, al menos la caja está entera en francés.

Nada más salir de la oficina, se notaba el ambiente festivo: tráfico en ambos lados de la autopista, la gente va como contenta, relajada. Yo me he quedado un ratito con Roxie, que estaba esperando a su marido.

Al llegar a casa, hemos charlado un rato con los abuelos antes de meterla en el baño, que, para variar, llega muerta al final del día. No es para menos con todo lo que se mueve, si es que no para un segundo.

Una vez acostada la enana, nosotros nos hemos pedido una pizza y visto una peli para empezar el finde totalmente desconectados. 

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