sábado, 12 de noviembre de 2011

Tarde en la playa


Qué gusto amanecer a las 9:15. Aunque para muchos suena a temprano, para mí es casi como levantarse a mediodía; quién lo diría, con lo dormilona que yo soy.

Nos hemos vuelto a bajar al patio, que hoy se está aún mejor que ayer. Miriam está aprendiendo a dar besos, aunque más bien chupetea la mejilla. Eso sí, sólo se los da a su padre.

Se ha vuelto a poner morada de puré. He parado porque ya me daba miedo pero ella seguía abriendo la boca. Nosotros hemos comido temprano hoy para poder dormir una siestecita.

Nada más despertarse, nos vamos a la playa, que hemos quedado allí con Jad, Aki, Michel y Stephanie. Nos hemos puesto al día mientras Miriam exploraba la arena a sus anchas. Cuando he ido a lavarle las manos en la orilla, no le ha hecho mucha gracia acercarse al agua. Hace tiempo que no la bañamos porque por las tardes hace fresco para ella. A ver si el fin de semana que viene nos aceramos por la mañana y así no se olvida del agua.

Al atardecer, hemos parado a tomar algo en María Bonita, un restaurante mexicano muy rico. Una pina colada y unos nachos con guacamole. Hacemos merienda cena porque, después de esto, no estamos autorizados a cenar.

La playa y el sol agotan a cualquier así que, después de acostar a Miriam, hemos intentado ver un rato la tele sin éxito ninguno. Así que, aunque sean cerca de las 22:00, nos vamos al sobre. 

No hay comentarios: