martes, 29 de noviembre de 2011

A la oficina de Papá


Que gusto que no se haya despertado en toda la noche. He dormido como un bebé. Pero con eso de que cada día amanece más tarde, me da una pereza horrorosa salirme de la cama.

En la oficina voy alternando la propuesta de Avent con completar las horas de trabajo diarias. Ya he terminado con los dos primeros meses, todo un avance. Pero a partir de ahora, me he prometido rellenar la información todos los días.

He ido a comer con Claudine al mismo tailandés que fui con Carlos, Ángel y las chicas. Hacía mucho tiempo que no comíamos juntas y es que hemos estado a tope las dos. A ver si ahora retomamos la buena costumbre.
El resto de la tarde ha pasado igual que la mañana, haciendo lo mismo.

Y para el paseo de hoy nos vamos al Boulevard del Downtown. Está muy cerca de casa, pero no puedo ir andando porque hay una parte que no está asfaltada, es un carril de arena y me da miedo ir por ahí con la sillita. Cuando mi madre estuvo aquí, solíamos ir bastante a menudo pero con Miriam me da cosa. Así que nos hemos ido en metro, sólo es una parada. Como estábamos justo debajo de la oficina de Osama, nos ha pedido que subiéramos, que sus compañeras querían ver a la enana. Ella ha estado encantada de la vida, incluso le ha costado dejar a Rameez para venirse conmigo. Hemos continuado con el paseo hasta la hora de volvernos, de nuevo en metro. Me da rabia porque desde el boulevard estamos a unos 300 metros de nuestra casa, pero no hay forma de cruzar. A ver si lo terminan pronto.

Hoy no hemos hablado con los abuelos, que estaban comiendo fuera de casa. Después del bano, ha pillado el biberón con unas ganas tremendas. Y, cuando se lo ha terminado, parecía que quería más pero no me atrevía. Al final, le he tenido que dar 30 ml más porque no había forma de que se durmiera. De hecho, se los ha tomado como si no hubiera cenado antes, qué ansia.

Una vez dormida, por fin, hemos seguido con nuestra serie. Aunque hoy, como hemos empezado más tarde, sólo hemos visto un capítulo.

Y no puedo dejar el blog sin mencionar a San Saturnino, patrón de Pamplona. No es que conozca a nadie que se llame así, pero me recuerda a la época en la Universidad. 

Mañana empezamos el fin de semana, qué alegría. 

No hay comentarios: