Que gusto que no se haya despertado en
toda la noche. He dormido como un bebé. Pero con eso de que cada día amanece
más tarde, me da una pereza horrorosa salirme de la cama.
En la oficina voy alternando la propuesta
de Avent con completar las horas de trabajo diarias. Ya he terminado con los
dos primeros meses, todo un avance. Pero a partir de ahora, me he prometido
rellenar la información todos los días.
He ido a comer con Claudine al mismo tailandés
que fui con Carlos, Ángel y las chicas. Hacía mucho tiempo que no comíamos
juntas y es que hemos estado a tope las dos. A ver si ahora retomamos la buena
costumbre.
El resto de la tarde ha pasado igual que
la mañana, haciendo lo mismo.
Y para el paseo de hoy nos vamos al
Boulevard del Downtown. Está muy cerca de casa, pero no puedo ir andando porque
hay una parte que no está asfaltada, es un carril de arena y me da miedo ir por
ahí con la sillita. Cuando mi madre estuvo aquí, solíamos ir bastante a menudo
pero con Miriam me da cosa. Así que nos hemos ido en metro, sólo es una parada.
Como estábamos justo debajo de la oficina de Osama, nos ha pedido que
subiéramos, que sus compañeras querían ver a la enana. Ella ha estado encantada
de la vida, incluso le ha costado dejar a Rameez para venirse conmigo. Hemos
continuado con el paseo hasta la hora de volvernos, de nuevo en metro. Me da
rabia porque desde el boulevard estamos a unos 300 metros de nuestra casa, pero
no hay forma de cruzar. A ver si lo terminan pronto.
Hoy no hemos hablado con los abuelos, que
estaban comiendo fuera de casa. Después del bano, ha pillado el biberón con
unas ganas tremendas. Y, cuando se lo ha terminado, parecía que quería más pero
no me atrevía. Al final, le he tenido que dar 30 ml más porque no había forma
de que se durmiera. De hecho, se los ha tomado como si no hubiera cenado antes,
qué ansia.
Una vez dormida, por fin, hemos seguido
con nuestra serie. Aunque hoy, como hemos empezado más tarde, sólo hemos visto
un capítulo.
Y no puedo dejar el blog sin mencionar a San Saturnino, patrón de Pamplona. No es que conozca a nadie que se llame así, pero me recuerda a la época en la Universidad.
Mañana empezamos el fin de semana, qué
alegría.
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