lunes, 7 de noviembre de 2011

Día de lluvia


Increíble pero cierto, está nublado y parece que ha estado lloviendo durante la noche. Ha estado todo el día gris y lloviznando, un poco triste. En días así es cuando agradezco estar en Dubai donde todo el año tenemos sol y eso no tiene precio, da mucha alegría. Aunque, muy de vez en cuando, se eche de menos un poco de lluvia. Pero para eso tenemos un mínimo de lluvia al año.

Hoy no hemos tenido ganas de cocinar así que hemos pedido comida a un italiano que hay cerca de casa. Yo pido unas pechugas de pollo pero no las he podido comer pues venían nadando en una salsa con mucha nata. Una faena. Así que he terminado tomándome parte del arroz de Osama.

Por la tarde he dejado padre e hija en casa y me he ido a la peluquería. Hace tiempo compré un vale de esos por Internet para un tratamiento completo por sólo 60 euros. Así que ahí he estado como una reina: me han cortado el pelo, puesto un tratamiento de eso de keratina, manicura y pedicura. Vamos, que me han dejado como nueva, parezco otra, jajaja. Al principio tuve mis dudas cuando vi el chico filipino con las tijeras; desgraciadamente, todos tenemos prejuicios. Pero, como suele pasar con los prejuicios, me he equivocado pues me lo ha cortado fenomenal, estoy muy contenta con el resultado. Eso sí, vaya tormento el proceso de la keratina, parece que nunca acaba. Es la primera vez que me lo hago, y no sé si la última. He estado ahí más de 3 horas. Primero me lo han cortado, luego me lo han lavado y aplicado la keratina, que lleva su tiempo porque tienen que ir mechón por mechón. Lo dejan secar unos 10 minutos y, después de secarme el pelo con secador, me lo alisan. Para terminar, me lo planchan y, como de nuevo tiene que ser mechón por mechón, tardan una hora y media. Menuda paciencia hay que tener porque ya estaba harta de estar sentada en la silla, no sabía cómo ponerme. Menos mal que dura 6 meses.

Al llegar a casa me ha contado Osama que, después de darle la merienda, no había quien metiera a Miriam de nuevo en su cuarto; está demasiado acostumbrada a salir a la calle justo después de las frutas, sabe demasiado ya, jaja.

Hemos charlado con mis padres y, después de bañarla se ha quedado inconsciente tomando el biberón, frita.

Y, cuando ha llegado Lakshmi, nos hemos ido a cenar con Uns, Ban y Emilie. No ha empezado demasiado bien la noche. Primero, nos ha pillado un tráfico horrible alrededor del Dubai Mall. Hay tanta gente de los países vecinos pasando Eid en Dubai, que han tenido que cerrar el acceso al aparcamiento de lo lleno que estaba, tremendo. Hablamos del mall más grande del mundo con un aparcamiento de unas 9 plantas y enorme de grande. Como ya veíamos que llegaríamos tarde al restaurante, Uns llama para avisar. La chica al teléfono le dice que no encuentra nuestra reserva, empezamos a flipar en colores. Uns chequea el correo que le enviaron como confirmación y resulta que la reserva era a las 19:30, una gracia. Con Emilie al teléfono buscamos un plan B y decidimos ir al mejicano del Royal Meridien. Sin caer en la cuenta de que está al lado del paseo de JBR y es otra zona que suele estar a tope los fines de semana. Y tan a tope, que hemos tardado 25 minutos en recorrer los últimos 300 metros antes de llegar al hotel. Juramos que nunca más iremos durante el fin de semana.

Menos mal que la cena ha estado muy agradable y nos hemos reído mucho. Eso sí, un pelín caro para ser simplemente un mejicano y no haber tomado casi vino ni postre.

La salida de la zona no ha sido mucho mejor que la entrada, de nuevo había demasiado tráfico. Y el caso es que no sé qué cuernos hacen tantos coches entrando en JBR a las 12:30 de la noche si los restaurantes ya están cerrados. Para colmo, como aquí no tienen ni pajolera idea de conducir, bloquean las intersecciones en los semáforos, así que no podemos avanzar. De verdad, cuánto memo suelto.

Ya han empezado a decorar la ciudad para el 2 de diciembre, que es el día nacional. Este año va a ser muy especial pues se cumplen 40 años de la unión. Por lo visto, querían empezar 40 días antes de la conmemoración oficial pero fue retrasado por la muerte del príncipe heredero de Arabia Saudí. A mí, la verdad, me encanta que sean tan patrióticos. Aunque es verdad que algunos lo llevan al extremo; yo no me gastaría el dinero en pintar mi coche con los colores de la bandera.
A ver si puedo ir haciendo fotos de algunos edificios oficiales y las voy colgando.

Y mañana es el último día de fiesta, qué pena que todo lo bueno se acaba.

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