Hoy es la primera clase de natación. Ya sé
que no va a aprender a nadar pero sí sirve para que se familiarice con el agua,
le tenga más respeto y, también, como una actividad más para hacer los fines de
semana. Son todos los sábados a las 10:00 hasta diciembre. Hay que aprovechar
que el clima lo permite.
Nada más llegar y ver la piscina tan
grande, se ha puesto a gritar emocionada “agua”, “mai”, jajaja. Allí hemos
visto a Elena y Laurent, nuestros vecinos, con Miguel; otro que ha crecido un montón
durante el verano. Y también ha vuelto más mayor de sus vacaciones en Francia. Miriam,
nada más llegar, quería ponerse sus manguitos a toda costa. Y eso que aún
quedaban 10 minutos para meterse en el agua. Viendo que no le hacíamos mucho caso,
los ha sacado de la bolsa, se los ha metido por los brazos e intentaba soplar para
llenarlos. Yo me partía de risa.
La clase dura 30 minutos solo porque, tan
pequeños, se aburren. Pero ha estado entretenida. Les cantan canciones mientras
nosotros los movemos en el agua y, luego, con los tubos esos, los movemos de un
lado a otro de la piscina, supuestamente para que ellos aprendan a mover los
pies y a expulsar aire por la boca para no tragar agua. Miriam se ha limitado a
disfrutar del agua, tampoco le vamos a exigir nada en la primera clase. Ya lo
irá pillando.
De vuelta a casa, he estado preparando la
comida de hoy y la de mañana. A las 12:45 la pobre ha entrado en la cocina
deseando comer. Intentaba coger su silla mientras me decía “papa, papa”. No sabrá
hablar aún pero desde luego, cuando le interesa, se hace entender a las mil
maravillas.
Misma operación que ayer: comemos
tempranito para descansar un rato antes de que la enana vuelva al ataque.
Esta tarde nos hemos ido a ver a otros
amigos: Neda y Alex. Tienen un niño, Elias, un mes menor que Miriam. Así
dejamos a Osama estudiar, que tiene examen el 21 de octubre. Es la segunda
parte del curso que empezó el año pasado.
Hemos merendado en casa de estos amigos
y, después, nos hemos ido un ratito a la piscina. El agua estaba muy fría así
que tampoco hemos aguantado mucho. Han estado jugando un rato en su casa y ya
nos hemos vuelto a la nuestra.
Hoy empezamos con el baño un poco antes
para que se vaya despertando antes de las 8. Aunque yo desde luego no pienso
despertarla para ir a la guardería. Ya tendrá tiempo de madrugar el resto de su
vida, ¿no? No le va a pasar nada por entrar 20-30 minutos tarde.
Para cenar, han venido Uns y un amigo
suyo, Feras. Hemos preparado unas tapitas y una ensalada para echar un rato de
lo más agradable. A lo tonto, nos hemos terminado yendo a dormir pasadas las 12
pero sarna con gusto no pica.
A ver qué tal se plantea la semana.
3 comentarios:
Hola María! Quizás no le ensenen a nadar, pero hasta a bebés más pequenos que Miriam les pueden ensenar qué hacer si se caen al agua y no saben nadar.
http://www.youtube.com/watch?v=Yl_7_JJjbyM
Gracias Alejandra. Estas clases no son tan avanzadas pero poquito a poco llegara a algun sitio.
Por cierto, que angsutia de video! Menos mal que he visto en otro video mas largo que alguien va a sacarlo del agua, pobre :-)
Fenomenal que aprenda a moverse en el agua, ademas es un bombon de niña, que gusto, comiendo y durmiendo bien el resto del dia es para trotar. Besitos
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