sábado, 5 de abril de 2008

Boda de Patricia

He amanecido a las 10.30, tempranísimo para ser fin de semana. Pero bueno, así también he aprovechado el día.

Como en los viejos tiempos, he ido a recoger a Susana para irnos a la playa. Primero hemos pasado por el zapatero de Karama, a por los zapatos que nos estaba arreglando. Ahora resulta que quiere invitar a cenar a Susana. Eso le pasa por reírse de mí cuando la historia Mustafá, el taxista egipcio.

Después de un rato en la playita, me he duchado en casa de Susana, para ahorrar tiempo y kilómetros. Por fin he visto a Darío, que siempre que iba a su casa, no estaba.

Luego, hemos tenido comilona en casa de Osama y compañía. Miguel, uno de los habitantes de la casa, es cocinero y tuvo una exhibición hace unos días en Abu Dhabi. Como le sobró muchísima comida, han organizado una fiesta para terminarla. Es increíble la cantidad de cosas que ha hecho: ensaladas, chuletas de ternera, cerdo, atún, dos clases de risotto, etc. Yo, con lo que me gusta el pescado, me he decantado por el atún, que estaba espectacular.

Nos lo hemos pasado genial. Unos bailes de salsa, charlas en el porche, viendo las diferencias y similitudes de los distintos idiomas. Como decía Osama, "es el día de las Naciones Unidas". Había venezolanos, españoles, iraquíes, iraníes, belgas, italiana, argentino, colombiano, dubaití, singapurense, etc. Al más puro estilo Dubai.

Para mí ha sido perfecto porque, de esta forma, me he podido olvidar un ratín de la pena de no haber podido estar en la boda de mi amiga Patricia. Eso sí, gracias a haberme compinchado con Pedro, he podido hablar con ella, una ilusión enorme. Es la otra cara de estar viviendo en el extranjero.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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